Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa “Hablando Claro” de Radio Expresión México, que conduce Manuel Aparicio.
Veo en los diarios el despliegue de armas que se utilizan en la guerra entre Rusia y Ucrania, me han preguntado qué opino, me preguntan sobre quién tiene la razón y también me preguntan, quién debería ganar y me hablan sobre la importancia que le dan a la intervención de la OTAN en el conflicto.
La verdad es que no veo quién tenga la razón, algunos argumentan que Rusia debería ser aniquilada por la invasión a Ucrania y por otra parte que la OTAN debería intervenir apoyando a Ucrania.
Quisiera dejar en este espacio mi manera de ver el conflicto; como veo las cosas y siempre las he visto en casos de guerras es que es el absurdo de la humanidad; los gobernantes siempre tienen nobles motivos para justificar la guerra con una sarta de mentiras; en las guerras se mata en nombre de la paz, en nombre de dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia.
(Imagen El País)
Y en otras guerras como en la de Rusia y Ucrania, se pelea por territorios que no necesita quien hace la guerra; en los conflictos bélicos los medios de comunicación son determinantes al tomar partido, por uno y otro bando y de esta manera, atizan el fuego y hacen más espectacular el conflicto, creando en la opinión pública enemigos imaginarios en los que los grandes perdedores son seres humanos inocentes.
La humanidad requiere de cambios que lleven a la verdadera paz; pero no con gobernantes enamorados de la muerte y los intereses económicos, porque esos gobernantes han convertido el mundo en un lugar en donde cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños, y cada minuto se gastan 3 millones de dólares en la industria militar que son fábricas de muerte; las armas exigen guerras y las guerras exigen armas, pero además los cinco países que manejan la Organización de las Naciones Unidas, que tienen veto, resultan ser también los cinco principales países productores de armas.
(Fotografía Prensa Libre)
La paz del mundo no debería estar en manos de quienes hacen de la guerra un negocio, porque se entiende que el hombre no nació para el exterminio mutuo, eso de ninguna manera puede ser el destino de los seres humanos bien nacidos.
En cierta ocasión le preguntaron a Albert Einstein sobre algún arma que contrarrestara el poder de la bomba atómica, el científico sugirió como la mejor de todas: la paz.
El mismo Albert Einstein afirmó que no sabía con qué armas se lucharía en una tercera guerra mundial, pero aseguro saber con cuales lo harían en la cuarta guerra mundial, dijo “con palos y mazas”.
Y bueno, ya Aristóteles decía que no era suficiente ganar una guerra y que lo más importante, era organizar la paz.
Ninguna guerra ha sido declarada por la población de una nación, ha sido declarada por políticos que tienen intereses en el negocio de la guerra que son las armas.