Vladimir Galeana Solórzano
En sesión semipresencial, diputadas y diputados de Morena, PAN, PRI, PT, MC, Encuentro Social, PRD y PVEM expresaron sus comentarios en torno a la declaratoria de reformas a los artículos 108 y 111 de la Constitución Política. No es un tema menor el que intentaron construir en torno al retiro del fuero de que gozan no tan solo nuestros conspicuos legisladores, sino el propio Presidente de la República y los miembros del gabinete legal y ampliado, así como algunos funcionarios de alto nivel en dependencias paraestatales o descentralizadas que operan en la mayor impunidad.
De acuerdo a la diputada Aleida Alavez Ruiz, del Movimiento de Regeneración Nacional, el fuero, según su génesis, es un apoyo que se confiere a determinados servidores públicos para salvaguardarlos de eventuales acusaciones sin fundamento, así como para mantener el equilibrio entre los poderes del Estado dentro de un régimen democrático. Pero también hay que señalar que el fuero les ha servido tanto a legisladores como a funcionarios de alto nivel para hacer de las suyas y aprovechar la circunstancia de poder disponer cínicamente de los caudales públicos.
En lo personal creo que el llamado fuero ha perdido vigencia ante la serie de hechos que los mexicanos hemos lamentado en torno a la disposición de los caudales públicos, sin que hasta ahora tengamos las herramientas legales para enjuiciarlos por los enormes robos que han cometido desde la esfera pública, y me refiero a los integrantes de todos los partidos, porque por desgracia todos están cortados por la misma tijera. Es más, me atrevería a señalar que los impolutos miembros del Movimiento de Regeneración Nacional son tanto o más corruptos que sus antecesores.
(Fotografía La Otra Opinión)
Si hay un registro de un Presidente de la República que con el mayor cinismo ha dispuesto del dinero de los mexicanos es Andrés Manuel López Obrador, quizá tanto o más que José López Portillo, a quien se le recuerda como el “”perro llorón de la Colina” por su desfachatez de pretender limpiarse una lagrima cuando señalaba ante el Congreso durante uno de sus informes: “”ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”. De ahí el mote de “”La Colina del Perro”, que hacía referencia al lugar donde se construyó una suntuosa casa.
Los Presidentes de la República deben tener las mismas obligaciones que cualquier miembro de la burocracia, como ocurre en otros países, de ahí que se hayan ampliado los delitos supuestos por los que el Presidente puede ser acusado y enjuiciado durante su mandato, aunque la reforma no implique la desaparición del fuero. De lo que se trata es que la declaratoria de procedencia, en caso de ser necesario que el Ministerio Público impute delitos al Presidente, pueda perderlo de inmediato y responder ante los tribunales correspondientes.
El problema es que de prosperar esta reforma constitucional el principal cliente sería Andrés Manuel López Obrador por su proclividad a utilizar los caudales públicos de forma discrecional pretendiendo ocultar su mendicidad con la cantaleta de que “”no somos igual que los de antes”, o “”nosotros no somos corruptos como los demás”. De cualquier forma, tarde o temprano tendrá que rendir cuentas, porque hasta ahora los delitos por omisión han sido diversos, sobre todo ante la mortandad provocada por el desastroso manejo de la pandemia del coronavirus. Así de simple su probable futuro como uno de los peores Presidentes de la República. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en el periodismo.