José Luis Aguirre Huerta
El derecho y la civilidad, constituyen un manejo retórico de buenas razones y principios generales muy bien esgrimidos en el terreno de la prosa, pero solamente se patentizan en el discurso de darle a cada quien lo que le corresponde, frase delirante que carece de sentido lógico, en cuanto a la imposibilidad de determinar qué es lo que le corresponde a cada quien y peor aún quien, en su calidad de semidiós podrá determinar tal circunstancia, es trabajo de los dioses repartir el bien y el mal a los hombres y actividad de las bestias prolijan el crimen y la fechoría. El juez encarna la acción de la justicia ataviado de la facultad de los dioses frente a las conductas criminales.
Su actividad se ubica entre la razón y la demencia, comparecen ante sus ojos Apolíneo y Dionisio, sin embargo la vara de la justicia se ha trastocado, estamos en presencia de Jueces en venta, el despliegue de la Jueza Delgado de Chihuahua quien designó a su amante, defraudador profesional, para cobrar en la nómina del Poder Judicial Federal, sin cumplir con sus obligaciones de empleado, palidece ante la actividad vergonzante del togado Elías, quien vende los edificios del Tribunal de la Justicia Citadina a su rozagante consorte y esta se obliga a pagar su precio con la renta del propio edificio a ese órgano de Justicia Defeño, buen negocio para los involucrados.
También el notorio caso del Juez Sánchez de segunda instancia, manda a operar a su Secretario para vender las sentencias absolutorias, a módicos setecientos mil pesos. El panorama de la justicia en venta no acaba, en ciudad Juárez, la Ciudad Juan Gabriel, los jueces de oralidad como Yira Celida Ochoa Contreras, abiertamente involucrada con el marido, se ha constituido en traficante de sentencias en el paraje denominado Barranco Azul.
En general, es desolador el paisaje que involucra a los operadores de justicia, bien le dijo el Quijote a Sancho Panza cuando lo inviste en la gubernatura de la ínsula, que tu vara no se incline con el peso en la dádiva de los ricos, ni el drama de las lágrimas de los pobres, es evidente la decadencia de un aparato de justicia citadino en donde se atropella la carrera judicial, haciendo imposible a Jueces de rango y trayectoria profesional acceder a sitiales de magistrado, porque estos están reservados para los cómplices de Elías, el mercader, en manejos prémiales de compensaciones, por favores recíprocos, nombramientos de siete nuevos tribunos en la Ciudad Mancera, quienes en su vida han conocido el color de las caratulas de los expedientes, y menos aún pueden ser diestros en la argumentación jurídica para el andamiaje de las sentencias que deban orquestar en su función de Magistrados, a estos solo les es dado la cultura del tráfico de favores en la implementación de justicia, como moneda de cambio, es la expresión crematística de las mercancías, no cabe duda que el capitalismo detenta a su hija predilecta, la corrupción, ese Rey Midas todo lo prostituye, todo lo vende.
La clase reinante ha extendido nuevamente su flamante paraguas de impunidad a un lugar sin límites, el maestro Mario Puzo en su libró El Padrino, plasmó prodigiosas enseñanzas: Don Vito Corleone ha togado a nuevos Jueces, todos son sus ahijados, es ahí la fortaleza de un Gánster.
* Abogado de Profesión
Presidente de la Barra Interamericana de Derechos Humanos
55-2261-6525