+El partido frente a frente a Kylian Mbappé contra Lionel Messi, compañeros del PSG
+Ambos están empatados como máximos goleadores con cinco cada uno en la búsqueda de la Bota de Oro
+La Messimanía conquista la atención
+El escenario económico del país sudamericano luce desesperanzador
+Pero su 10 puede ser un refugio ante la lacerada realidad nacional
BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.– Representa para especialistas y villamelones — interesados por un deporte o un club ya sea porque está de moda y es mandatorio entonces estar “in”–, otra edición de final de irremediable ensueño: Francia vs Argentina.
Y la saliva el inconsciente colectivo con ese encuentro.
Eso sí, una quimera irrealizable: ojalá jueguen como Marruecos.
Con ese futbol sencillo que enamoró, asombró y dejó patidifuso al mundo.
Y van en pos del tricampeonato. Ambas selecciones tienen la oportunidad de sumar su tercer título mundialista.
En semifinales, Francia puso fin a la racha histórica de Marruecos y su siguiente paso representa un reto mayúsculo: impedir que Lionel Messi se retire campeón en Qatar 2022.
El masterplan de Marruecos de contraataque vertical, bloques defensivos y poca posesión de balón no funcionó contra la escuadra goleadora francesa. El 2-0 en la semifinal da a Francia la oportunidad de ser bicampeón seguido de la Copa del Mundo con tres títulos.
El partido decisivo traerá el frente a frente a Kylian Mbappé contra Lionel Messi, compañeros del PSG. El goleador estrella de 23 años tiene la oportunidad de emular al gran Pelé de Brasil como campeón en sus dos primeras Copas del Mundo cuando se enfrente a Messi, de 35 años, que se retira del escenario.
Puede considerarse como otra edición de la final soñada, con Francia buscando convertirse en el primer equipo en retener el título desde Brasil en 1962 y Argentina con la misión de coronarse por tercera vez en lo que es la última Copa del Mundo de Messi.
Mbappé no pudo sumar a sus cinco goles en el torneo, pero ayudó a crear el primer gol para Theo Hernández al minuto 5.
“Jugar dos finales de la Copa del Mundo seguidas es un momento increíble. Hicimos un buen trabajo, fue difícil, pero estamos en la final. Trabajaremos duro para ganar esta final”, dijo Hernández.
El gol fue celebrado en los asientos VIP por Emmanuel Macron, sentado junto a Gianni Infantino y después, felicitó a los jugadores de Francia en el vestuario después del partido.
“Cualquier equipo con Messi es una propuesta totalmente diferente”, dijo Antoine Griezmann.
Al minuto 79, Randal Kolo Muani anotó su primer gol internacional contra Marruecos para confirmar esencialmente el lugar de Francia en la final.
El trofeo de la Copa del Mundo no es lo único que está en juego el domingo.
Messi y Mbappé están empatados como máximos goleadores con cinco cada uno en la búsqueda de la Bota de Oro.
Francia venció 4-3 a Argentina en el Mundial de Rusia 2018, aunque la Albiceleste posee el récord histórico de enfrentamientos directos con seis victorias, tres empates y tres derrotas en 12 encuentros.
Además, el equipo galo se convirtió en el primer campeón defensor en llegar a finales consecutivas desde Brasil en 2002 y busca convertirse en el primer equipo en hacerlo después de 60 años.
Apagan luces mundialistas
Las luces se están apagando en Qatar, a lo largo de los casi 64 partidos del certamen hemos visto muchas sorpresas y tendremos que esperar hasta 2026 para vivir emociones similares.
En los últimos días vivimos la antesala de la final con las mejores cuatro selecciones del mundo. Juegos impresionantes, electrizantes y de matar o morir.
Argentina vs. Croacia: ¿Qué podemos decir de este juego? Solamente elogiar los 90 minutos de Lionel Andrés Messi Cuccitini. A sus 35 años nos ha demostrado que sigue en la élite del balompié y jugando como si tuviera 23 años.
“La Pulga” en tierras árabes nos ha enamorado de nueva cuenta con su fútbol e ilusionado a millones que quieren verlo levantar la Copa del Mundo.
Argentina se lució y tuvo —hasta el momento— su mejor actuación en Qatar 2022. El director técnico, Lionel Scaloni, estudió a la perfección el juego de Croacia para neutralizar el eje más fuerte del rival, el mediocampo, liderado por Luka Modric, Mateo Kovacic y Marcelo Brozovic.
Al minuto 34 Messi abrió el marcador por la vía penal tras una jugada polémica en donde el arquero croata, Dominik Livaković, derribó al delantero Julián Álvarez, quien minutos después pondría el 2-0 tras una serie de rebotes.
Durante todo el partido, Argentina se vio cómoda, organizada y esperando a que Lionel Messi activara el modo Diego Maradona. Joško Gvardiol había sido el mejor defensa central de esta Copa del Mundo hasta que se encontró al 10 de “La Albiceleste”.
Un amague tras otro, Messi moviéndose en espacios reducidos, moviendo las piernas para marear al joven defensa y reencarnando en cuerpo de 35 años a un jovencito de 23 filtró la pelota en el último tramo de la cancha para el segundo gol de Julián Álvarez y el 3-0 definitivo.
“La Scaloneta” está a un partido de ser campeón del mundo por primera vez desde 1986 y convertirse en el primer monarca del continente americano desde Brasil en 2002.
Messimanía conquista
El escenario económico de Argentina luce desesperanzador, pero la Messimanía, el futbol, la sexta final de Argentina en una Copa del Mundo puede ser un refugio ante la realidad nacional.
El deporte con el poder unificador, pero al terminar el sueño ¿qué sigue?
El Obelisco, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Buenos Aires puede testificar como la ‘manía’, admiración, fe y todo sentimiento similar por un futbolista reúne en su perímetro a miles de aficionados.
No es el único lugar donde se celebró en mares de fans la victoria de Argentina ante Croacia, el partido que le dio a la Albiceleste el boleto a su sexta final de la Copa del Mundo.
El balompié se toma en serio en Argentina, con epicentros de júbilo en zonas clave como el Mar de Plata, Córdoba, Parque Centenario, pero el Obelisco, tapizado de imágenes de Lionel Messi, banderas, cerveza, cánticos y demás, es algo que solía provocar el futbol cuando Diego Armando Maradona era la clave para empujar a la Selección, cuando llevó al equipo a su segundo título mundialista en México 1986.
“Los argentinos somos valientes, determinados y llenos de sufrimiento”, le dijo un hincha albiceleste al Financial Times en un club deportivo del barrio de Palermo.
El Mundial ha sido el refugio de los argentinos de una realidad nacional que no pinta nada bien para su economía a largo plazo.
Las erróneas decisiones del presidente Alberto Fernández en la gestión financiera, el crecimiento de la inflación al 100% en el año, los incrementos en los índices de pobreza, el endeudamiento gubernamental para mantener programas de subsidios y para colmo, la ex vicepresidenta Cristina Fernández es procesada por corrupción.
Aún así, los 46 millones de habitantes argentinos pueden unirse para ver a Messi en el Mundial. ‘La Pulga’ y la Albiceleste son los que tienen ese poder de convocatoria.
La ministra de trabajo, Kelly Olmos, dijo que la lucha contra la inflación podía esperar y que la primera prioridad era “ganar” el campeonato. Después de lo dicho, se disculpó por sus comentarios tras las críticas públicas.
El futbol permea en la política y las protestas sociales se viven día a día en varias ciudades, los medios argentinos tienen la constante en sus destacados y también a la Messimanía, que antes del Mundial fue una corriente de fanaticada que celebraba su llegada al PSG de la liga francesa.
La playera con el número 30 en la espalda y el apellido Messi se agotó en tan solo siete minutos de haber sido puesta a la venta en internet.
El club parisino informó que más de 150 mil playeras con un costo promedio de 176 dólares significó una ganancia de 28 millones de dólares.
La misma emoción por tener el jersey con el dorsal 10 de Messi se manifiesta. Otra realidad es que el país sudamericano está en el séptimo lugar entre los que más entradas compraron para la Copa del Mundo, con 61,083 entradas.
Aerolíneas argentinas informaron que vendieron todos los boletos de avión de la capital argentina a Doha que se tenían para el viernes 16 de diciembre.
Ante la demanda, las aerolíneas habilitaron viajes especiales.
El próximo domingo, Argentina tendrá a uno de sus más arraigados amores en la final de Qatar 2022.
(Con información del diario El Economista)