Por: Maribel Rodríguez
Por si los 68 mil millones de pesos con los que se hará el Presidente por la desaparición de los 109 fideicomisos públicos que aprobaron las bancadas morenistas en el Congreso de la Unión la semana pasada, no fueran suficientes, en estos días los mismos legisladores morenistas votaron a favor de reformar la Ley General de Salud con la cual, el Gobierno Federal busca disponer de 33 mil millones de pesos que forman parte del Fondo de Salud para el Bienestar (antes fondo de protección para gastos catastróficos), cuyos recursos se usan para atender la salud de los mexicanos que padecen alguna de las 65 enfermedades de alta especialidad que se contemplan, tales como el cáncer o el VIH, que generan gastos elevados en su atención.
(Fotografía Notisistema)
En esta ocasión, no se argumentó corrupción, por el contrario, se dijo que en dicho fondo existía una gran cantidad de recursos que no se usaban (como si no hubiera miles de mexicanos que necesitan apoyo para curarse). Además, dijeron que era urgente disponer de ese dinero para comprar la vacuna del COVID-19. Por ello, se plantea en la reforma que se reintegren a la Tesorería de la Federación, 33 mil millones de pesos de este fondo a más tardar en abril de 2021.
Como siempre, los señores morenistas juran que esta medida es necesaria para atender la salud de los mexicanos; sin embargo, su negativa de incorporar a esta reforma candados y restricciones que aseguren la utilización de los recursos señalados, única y exclusivamente para atender necesidades de salud de los mexicanos y, en particular, especificar que se deben usar para la compra de la vacuna del COVID-19 como aseguran sucederá, confirma la sospecha de varios legisladores que se opusieron a este nuevo atraco a la nación y que señalaron que, con esta acción, no se busca atender la pandemia ni la salud, sino que se trata de una mentira más de la 4T, que le permitirá al Presidente disponer de estos recursos para enmendar el déficit en el gasto corriente que tendrá su gobierno en el presupuesto de egresos para el próximo año, donde gran parte del dinero público se destinará a sus programas sociales con los que, más que buscar resolver el problema de pobreza de millones de mexicanos, busca comprar conciencias a favor de su partido para las elecciones que vienen.