Miguel Ángel Bautista Hernández
El pasado martes 10 de octubre, los antorchistas sufrimos un artero golpe: de nueva cuenta un crimen político; otro más que se suma, lamentablemente, a la lista de los innumerables que hemos sufrido como organización a lo largo de las más de cuatro décadas de vida que tenemos como movimiento social. En esta ocasión, de la manera más ruin y cobarde, le arrancaron la vida a nuestro compañero Manuel Hernández Pasión, quien fungía como presidente de Hutzilán de Serdán, en el estado de Puebla, que es un municipio ejemplar por el nivel de progreso y desarrollo alcanzado gracias al trabajo colectivo y compromiso de la comunidad adherida a nuestro movimiento desde hace más de 30 años.
Ante esta noticia tan inesperada los antorchistas del país entero, del Estado de México y, por supuesto, del valle de Toluca, alzamos de manera enérgica la voz para exigirle al gobierno poblano representado por José Antonio Gali Fayad que demuestre en los hechos lo que ha dicho en el discurso: la imparcialidad de la justica en su estado.
Nuestra organización es en Puebla, como en el país entero, la que más representación social tiene. En ese estado, las amenazas en contra de nuestros compañeros se han agudizado y proliferado sin que haya acciones serias de la autoridad hasta el momento. Desde el inicio de la administración de Gali Fayad, el gobernador conoció puntualmente que había amenazas de muerte reiteradas en Coayuca de Andrade, en Hutzilán, e incluso, hasta se ha llegado a amenazar a nuestra compañera presidenta municipal de Tecomatlán, municipio orgullo y prototipo de lo que Antorcha busca para el país.
La falta de acción por parte del gobierno de Puebla, que puede considerarse como omisión, ha llevado a que el Movimiento Antorchista perdiera a una de sus figuras más representativas. Pese a los riegos, desde todo el territorio nacional, exigimos a José Antonio Gali Fayad justicia para nuestro compañero Manuel Hernández Pasión, castigo inmediato a los autores materiales e intelectuales de tan cobarde crimen y el cese a las amenazas contra nuestros compañeros poblanos.
El pueblo mexicano pide a gritos justicia social, es por eso que, el discurso de Antorcha ha encontrado terreno fértil y esto pone temblar a los cacicazgos que actúan bajo el cobijo político incondicional. Manuel Hernández Pasión, era uno de esos líderes natos, respaldado y querido por su gente; un hombre con gran humildad, de escasos 35 años, que siempre fue firme en el compromiso de dedicar su vida para contribuir al desarrollo de su natal municipio, Huitzilán, y en la consolidación del proyecto social que dé a México, de una vez por todas, justicia social.
Entre las actividades cotidianas del antorchismo, de manera regular, estamos denunciando amenazas de muerte en contra de los compañeros. ¡Basta de impunidad! ¡Ni un crimen político más en Huitzilán! ¡Ni un crimen político más en Puebla! ¡Ni un crimen político más en cualquier parte del país! Aún con golpes tan viles, día a día Antorcha se fortalece porque el pueblo la respalda.
