Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México, (BALÓN CUADRADO/agencias).– Recién cumplidos 60 años de edad, con un interminable rosario de problemas de salud durante el actual siglo, anoche, Maradona fue operado con éxito para extraer un coágulo en la cabeza, en una clínica de Argentina. Quizá sea una suerte de milagro de la “mano de Dios”, por lo delicado de la intervención. A lo largo de su historia deportiva, dentro y fuera de las canchas, ha luchado contra rivales intimidantes: FIFA, adicciones, sobrepeso.
Pero ante todo, contra sí mismo. Indomables sus demonios.
No es fácil ser Diego Armando Maradona. Denota que no ha logrado superar el trauma de pobreza extrema en que vivió durante su infancia.
Su biografía no sólo ocurre en la cancha de la vida. Hay una épica deportiva, otra combativa ante las autoridades internacionales del deporte. Y una más, trágica, la de su estado de salud frágil y quizá la trinchera más dura en su existencia.
“La operación transcurrió con normalidad y sin complicaciones; fue exitosa», indicó un fuente cercana al futbolista.
La intervención, que era de riesgo por el delicado estado de salud general del ex futbolista, duró cerca de dos horas y fue realizada por un equipo encabezado por Leopoldo Luque, neurocirujano y médico personal de Maradona.
El diagnóstico fue un hematoma subdural crónico, añadió la fuente, sin especificar los tiempos de recuperación.
Los hematomas subdurales suelen ser provocados por lesiones en la cabeza, que pueden romper vasos y generar acumulación de sangre entre el cerebro y su cubierta.
Celebraciones, lanzamientos comerciales y trabajo en cancha como director técnico del club Gimnasia de La Plata, el octavo de su carrera en el banquillo, fueron parte de la agenda del día de Diego Armando Maradona hasta la tarde del martes 3 de noviembre, cuando fue hospitalizado en La Plata, Argentina.
En primera instancia se habló de un cuadro depresivo, anemia y deshidratación. Sin embargo, en las últimas horas estuvo en el quirófano para extraer un hematoma de su cabeza, una operación que duró alrededor de dos horas de atención. Se trata de una de las situaciones de salud más delicadas del ‘Pelusa’.
El mítico Diez enfrentó otra más de las luchas vitales en su biografía. En un quirófano, fue sometido a una cirugía neurológica para retirarle un coágulo en la cabeza. Mientras toda Argentina, y el mundo que lo ha amado y hasta odiado, estuvo en vilo por la salud del monstruo sagrado del futbol.
El entrenador de Gimnasia La Plata fue sometido a estudios, uno de ellos una tomografía en la cual se detectó un hematoma subdural, dijo su médico.
Luque, que es neurólogo, señaló que el edema probablemente fue causado por una caída, pero que Maradona no recuerda el episodio.
La cirugía, consiste en practicar un pequeño orificio en el cráneo para drenar el líquido acumulado. Si bien no es una intervención de riesgo, los antecedentes médicos de Maradona generaban alarma.
El campeón del mundo con la selección argentina en México 1986, y subcampeón en Italia 1990 en dos ocasiones, estuvo al borde de la muerte por sus adicciones a las drogas y al alcohol. El año pasado, además, fue operado de una de sus rodillas.
Donato Villani, responsable del departamento médico de la Asociación del Futbol Argentino (AFA), dijo al canal TyC Sports que la cirugía a la que sería sometido el Diez “en cualquier persona normal tiene que ir bien, pero convengamos que Diego es distinto. Todas las patologías que tuvo en los pasados 20 años no creo que nosotros podamos contarlo y el sí.”
El ex jugador de Boca Juniors, Barcelona y Nápoles, entre otros clubes, apareció públicamente en la cancha de Gimnasia para dirigir ante Patronato en la primera fecha de la liga argentina el viernes pasado. No tenía buen semblante y necesitó ayuda para caminar.
Si todo sale bien, Pelusa podría recibir el alta médica en 48 o 72 horas, lo habitual para este tipo de intervenciones
Allegados a Maradona aseguran que ha estado bajo de ánimo en los últimos días y no quería comer.
Y cada que ocurre algo con Maradona, los hinchas se concentraron en el sanatorio para dejar mensajes de aliento y deseos de mejoría, junto a banderas del Lobo platense y con el rostro de su ídolo.
Recuperado hace años de su adicción a las drogas, vive medicado con tranquilizantes y ansiolíticos, pero consume frecuentemente alcohol.
El pasado 22 de junio para celebrar el triunfo sobre Inglaterra en el mundial de México 86 se difundió un video descorazonador. Viviblemente alcoholizado, mientras bailaba, de espaldas a la cámara del celular, mostró sus glúteos.
Desde el año 2000 empezaron a registrarse los problemas más severos. Padeció una crisis cardíaca por sobredosis en el balneario uruguayo de Punta del Este.
El mismo problema se presentó en el 2004, con casi 100 kilos de peso, en Buenos Aires. Un año después, en la lucha por bajar de peso, se somete a un by-pass gástrico en Colombia. Adelgazó 50 kilos, pero tuvo dificultades para retener el hierro.
Con el problema de la anemia, en el 2007 llegó un cuadro de hepatitis tóxica aguda producto de excesos con el alcohol, que derivaron en dos internaciones. En el 2012, se sometió a una cirugía por problemas renales en Emiratos Árabes, cuando era entrenador del Al Wasl de ese país.
En el Mundial de Rusia 2018, Maradona salió de un partido de la selección argentina en brazos. Algunos declararon que se debió a sus adicciones, pero el ex jugador aseguró horas después que había sufrido una descompensación.
Ya en el 2019, salió del hospital sonriente con bastón y dificultades para desplazarse tras ser operado de la rodilla derecha, en la que se le colocó una prótesis.
En declaraciones al diario Olé, Rocío Oliva, su ex pareja, señaló que la razón del estado físico del astro es su dependencia al alcohol.
“Diego sigue bebiendo, quien dice que no, es un mentiroso. Hay que internarlo por su adicción al alcohol”, acusó.
La última vez que se le vio en público fue en la cancha del club para el que fue contratado, y no dirigió, celebró su cumpleaños 60 con todas las veneraciones que no son novedad para él.
Éste 30 de octubre, Maradona caminaba auxiliado, erguido, usando cubreboca y con la mirada al piso. Una versión decadente en la que era difícil ocultar su mal estado de salud.
Una imagen contrastante, al júbilo de su figura comercial, que ocuparon la inercia de los 60 años. A inicios de noviembre, sus redes sociales lanzaban su marca de Cigarros Maradona con el número 10 en un escudo y la advertencia coming soon.
También se aventuró a crear la Pasta Maradona “con motivo de mi 60 cumpleaños. Igualitas a cómo las hacía La Tota –su madre–!”
Se volvió imparable en historias de mercadotecnia. Prime Video Latinoamérica también se sumó al homenaje con el documental Maradona:
Sueño bendito.