
El estudio sostiene que esa política tiene repercusiones inmediatas sobre la reducción de la pobreza y de las desigualdades, lo que contribuye a las estrategias de crecimiento impulsado por la demanda interna.
La directora del Departamento de Protección Social de la OIT, Isabel Ortiz, consideró la decisión de esos gobiernos como “una lección importante de desarrollo”, y afirmó que aún en los países más pobres existen soluciones para ampliar el margen de maniobra fiscal para la protección social.
Países como Argentina y Sudáfrica recientemente introdujeron prestaciones universales por hijos a cargo. Otros, como Bolivia, Botswana, Brasil y China han han logrado la cobertura universal o casi universal de las pensiones. Muchos otros han introducido transferencias sociales para los desempleados, las madres, los niños y los ancianos.
Algunos países de ingresos más bajos también han ampliado la protección social a través de redes de seguridad temporales de alcance limitado, con un nivel de prestaciones muy bajo. No obstante, en muchos de estos países se están llevando a cabo discusiones para establecer pisos de protección social más extensos.
La OIT recordó que la tendencia mundial hacia la consolidación fiscal ha agravado la crisis del empleo y el aumento de las desigualdades, como se ha observado en Europa, donde se ha incrementado la pobreza y la exclusión social.