Todo escritor que crea es un mentiroso;
la literatura es mentira, pero de esa mentira
sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es,
pues, uno de los principios fundamentales de la creación
Juan Rulfo
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Aquí se lo he dicho una y otra vez, al régimen de López Obrador no le gusta la crítica, no se siente cómodo, prefiere que le quemen incienso y que sus “comunicadores” hablen de sus logros, que se exalten sus obras como si con eso se fuera a transformar una realidad que lastima, que se vive fuera de Palacio Nacional donde se esconde el caudillo que fue el rey de la calle, se le nota la impotencia porque más allá de sus obras, en la soledad de su soberbia sabe que desperdició el tiempo y no será el mejor presidente de México.
Desde que llegó como jefe de Gobierno de la Ciudad de México mostró su intolerancia hacia los reporteros que cuestionaban sus formas. Luego habló de un cerco informativo que tampoco existió porque hay pruebas de múltiples invitaciones, pero para construir al personaje tenía que martirizarse, recurso que aplica hasta la fecha. Cuando perdió la elección del 2006 y se inventó aquello de la presidencia legítima varios de los intelectuales y liderazgos qué había aglutinado lo abandonaron, no quisieron ser cómplices de una tomadura de pelo.
En los medios de comunicación y periodistas ha encontrado el justificador perfecto para echar culpas y decir que se manipula al pueblo, pero no presenta ninguna evidencia de que su gobierno tiene rumbo, se ha terminado con la corrupción o se logró la paz social que prometió, una lista de pretextos es la que receta todos los días, aunque todos hablaran bien de su administración eso no cambiaría el fracaso en el que se metió.
Eso sí, a golpe de sus “youtuberos” y “periodistas” quiere construir una narrativa de éxito. Como sabía que encontraría un cheque en blanco con la prensa, Jesús Ramírez Cuevas tuvo que construir a sus tiradores para que rescaten al Pejelagarto y linchen al que pretenda hacer un cuestionamiento válido. Así pasó con Reyna Haydee, reportera sonorense que de nuevo interrogó con rigor al presidente, obviamente montó en cólera y hasta buscó defensa en la reportera de la revista Contralínea, luego la comunicadora recibió el halago del mandatario. Al mismo tiempo Reyna fue expuesta a la violencia de los descerebrados electrónicos de las redes sociales.
El cuestionamiento que hizo que AMLO se molestara fue el caso de Texcaltitlán, Estado de México, y los casos de las autodefensas en Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Sonora y otras entidades. Incluso le señaló el hecho de que el pejelagarto se reúna todos los días, pero que en el fondo no tiene sentido si no hay seguridad en el país.
Pero esta ocasión no fue la primera vez que encara al presidente en 2022, Reyna Haydee Ramírez exigió al presidente López Obrador tener una mayor apertura hacia periodistas que no son afines a su administración, un hecho que le valió una serie de críticas en redes sociales, tras lo cual salió del país rumbo a Barcelona. De buena fuente sé que por preguntar la castigaron, esas son las prácticas de Jesús Ramírez y su equipo. Mi solidaridad con la periodista.
No es, ni será la última vez que López Obrador se confronta con los reporteros y aunque no nos guste el periodismo de unos o de otros, el periodismo cuestiona al poder y ahí pierde este y aquel régimen, la 4T no pasa la prueba del ácido, claro que hay periodismo a modo para los opositores y para el gobierno de López. Las preguntas son básicas y válidas ¿cuáles son los parámetros qué usa el presidente para descalificar uno y aceptar el otro? ¿Se trata de hablar bien de un personaje qué se cae a pedazos como Fox y Peña?… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
Vaya golpe a Morena y a sus aliados. Ernestina Godoy no será ratificada por más presión que les metieron a los opositores.
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Hasta la próxima.