Nada contribuye a tranquilizar la mente
como un propósito firme,
un punto en el que pueda
el alma fijar sus ojos intelectuales.
Mary Shelley
Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
La confianza tarda mucho tiempo, esfuerzo y sudor para ganarse en prácticamente todos los aspectos de la vida, si a eso sumamos la fragilidad de nuestra clase política en valores, doble discurso, son adeptos al relativismo a ultranza, amos del engaño pues obviamente la ciudadanía es desconfiada, eso le está pasando a Alejandro Moreno en aquello de que ahora sí, él y sus legisladores van a votar en contra de la Reforma Electoral para transformar el INE que tanto quiere López Obrador.
El sinónimo de corrupción que tiene el Revolucionario Institucional lo acuñó con el esfuerzo de los mismos años que gobernó, pero se doctoraron en el sexenio de Enrique Peña Nieto con una obscena corrupción y con eso le abrieron las puertas a López Obrador y su 4T, por eso el Pejelagarto los sentenció como derrotados moralmente, sabían que eran culpables y por eso los sujetó, los redujo a su mínima expresión y le ayudó a Alejandro Moreno para que llegara a la dirigencia del partido que fue el cunero del tabasqueño.
Así fue doblando a cada uno de los que se le paraban en frente, “Alito” repetía que contaba con la amistad del presidente y la cúpula tricolor lo comenzó a ver con desconfianza, la cual fue creciendo, eclipsada únicamente por el discurso envalentonado de que no le iban a pasar nada a López, claro que cuando le mostraron el músculo, principalmente desde Campeche con Layda Sansores, Moreno Cárdenas reculó, cambió el discurso, fracturó la alianza entre el PRI, PAN y los restos del PRD, le hizo el juego al presidente y le dieron los votos que necesitaban los morenos para militarizar al país.
En las redes sociales quedó la imagen del secretario de Gobernación, Adán Augusto López cuchicheando algo al oído del priista en el recinto de San Lázaro, los cabildeos del otro tabasqueño y al final el campechano haciendo malabares para explicar por qué votó a favor. Eso le valió que el bloque de los otros priistas le pidiera la renuncia porque le hace daño a su partido, pero Cárdenas con los estatutos en la mano terminó por quedarse en la dirigencia, quizá no porque no quiera irse, sino porque desde Palacio Nacional no lo dejan, así le sirve a López Obrador para romper una posible alianza.
Con la marcha en defensa del INE del domingo 13 de noviembre, “Alito” Moreno ha querido reiniciar las negociaciones con las otras dirigencias para buscar de nuevo la coalición, pero claro que la confianza en el actual presidente tricolor se ha perdido, hay priistas que lo desconocen y me cuentan que Marko Cortés y Jesús Zambrano lo miran con desconfianza, en el Estado de México parece que Alfredo Del Mazo le ganó la partida colocando a su candidata y en Coahuila no cantan mal las rancheras, este personaje es un lastre para el PRI en todos los sentidos.
En la marcha de los opositores quedó de manifiesto que si se une la oposición la contienda se pone más interesante, por lo menos en la Ciudad de México se la van a arrebatar a Claudia Sheinbaum que es lo mismo que López Obrador. Mientras que, a nivel nacional, según una encuesta de El Universal, si toda la oposición se une en coalición, podrían ganar la presidencia en el 2024 con un 40% de la intención del voto, pero es Alejandro Moreno el que lo dice. Para que exista la posibilidad de unión en toda la oposición primero debe irse Moreno Cárdenas que rinde cuentas en Palacio Nacional… Pero mejor ahí la dejamos.
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