Arturo Zárate Vite
Hasta ahora lo que tiene la oposición es una lista de aspirantes a la candidatura presidencial, sin que ninguno despunte o empiece a consolidarse como serio rival del actual grupo en el poder.
La lista es larga, cada partido que integra la alianza, cuenta con sus respectivos prospectos.
Es alianza incompleta, porque no se ha sumado ni parece que se vaya a sumar Movimiento Ciudadano. El líder Dante Delgado tiene sus propios planes y tiempos. Por más que le hablan al oído, no ha cedido ni decidido incorporarse al bloque opositor.
¿Creerá que MC, solo, puede ganar la presidencia, con el argumento de que es el partido menos desacreditado?
Cierto que gobierna Nuevo León y Jalisco, dos de los tres estados más importantes de nuestro país, sobre todo por su desarrollo económico. Nada más que para ganar la elección presidencial se requiere presencia y seguidores en todas o en la mayoría de las entidades.
Movimiento Ciudadano no tiene estructura nacional. Quizás considere que para ganar sería suficiente con nominar al mejor candidato, alguien extraordinario y maravilloso para atraer el voto de millones de mexicanos. ¿Quién? ¿El gobernador de Nuevo León? ¿El gobernador de Jalisco? ¿El alcalde de Monterrey? Personajes locales o estatales, sin alcance nacional.
No es ocioso que, en el bando contrario, en el grupo que gobierna, sus principales figuras recorran la República. Saben que es necesario identificarse y darse a conocer en el país, pisar las 32 entidades, con tiempo, como lo están haciendo, no en la última hora.
A la oposición se le agota el tiempo. Son tantos sus aspirantes que resultará complicado que alguno de ellos cuaje. Sus esfuerzos están fragmentados. Es lo que está a la vista.
Si una vez que resuelvan quien va a ser su candidato o candidata, todos los demás aspirantes se le suman, entonces el grupo gobernante tendría motivos para preocuparse.
No es lo que ha caracterizado a quienes compiten por esa candidatura, hay que revisar lo que ha sucedido en los partidos. Por lo general, los que no son elegidos, se desentienden de la campaña presidencial.
Además, para el 2024 la oposición sabe de la importancia que Movimiento Ciudadano participe en la alianza. Aportaría los votos que podrían asegurar la diferencia en el resultado de la elección.
El panorama no es el mejor para la oposición:
1.- Hasta ahora no tienen a ningún aspirante perfilado para que se convierta en el deseado candidato o candidata.
2.-El tiempo se le agota para darlo a conocer a todo el país.
3.-No hay ninguna figura nueva entre sus aspirantes.
4.-El nombre del alcalde de Monterrey es conocido a nivel nacional porque así se llamaba su padre asesinado en1994.
5.-Movimiento Ciudadano quiere competir por su cuenta, a pesar de que sabe que su fuerza sería insuficiente para ganar.
6.-La campaña contra el gobierno en turno, sin nadie que sepa capitalizarla, podría volverse un bumerang.
Ante ese escenario y entre más se tarde en definir a su principal aspirante, la oposición puede irse despidiendo de su sueño de recuperar la presidencia el próximo año.
Necesitaría un milagro político, un personaje sacado de la manga, sorprendente y popular.
Hasta ahora, no se ve por ningún lado.
@zarateaz1
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