BALÓN CUADRADO
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.– Hugo Sánchez Márquez se sintió Espartaco cuando llamó “esclavos” a sus compañeros de juego recién desempacado de España. Llegó con la gloria de cinco títulos de goleo en sus alforjas, para enrolarse en el América. Era 1993. En ese entonces amenazó, incluso, con “movilizar a todo México” para erradicar el demoníaco draft de futbolistas.
Mas nada pasó.
El llamado eufemísticamente tianguis de piernas pervive desde 1990 hasta la fecha. Entre sus objetivos primaba eliminar los coyotes, promotores y representantes de jugadores, y contener la inflación en las costosas cartas de los jugadores.
Desde entonces hay más promotores y mayor sobreprecio por las piernas de los deportistas.
Parece que una nueva era de talento impulsa al futbol mexicano actual –curiosamente, también como Hugol, forjada en el balompié español– aunque nada bueno augura en corto plazo. Porque a los zares del balón importa más el negocio que el espectáculo balompédico. Que, por cierto, es muy lamentable, hace más de medio siglo.
Sus posibilidades de partir a mejores horizontes siguen siendo complicadas, analiza el mediocampista Héctor Herrera, formado en las filas del Pachuca y vendido al balompié europeo desde hace ocho años.
“Muchas veces he hablado sobre los precios que se manejan en el futbol mexicano por los jóvenes que quieren venir a Europa y lo toman a mal”, reflexionó integrante de los súper Ratones Verdes, en conferencia virtual a través de LaLiga.
Consideró que “(los directivos) deben pensar (sic) un poco en el futuro del futbol mexicano, de la selección y obviamente de cada jugador, porque al final de cuentas es una nueva aventura, un nuevo reto y van a crecer en todos los sentidos”.
Herrera López fue medallista de oro con México en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y, un año después, su venta del Pachuca al Porto de Portugal fue concretada por 11 millones de euros, siendo la segunda transferencia más alta de un futbolista nacional desde la Liga MX rumbo al Viejo Continente (el más alto es Hirving Lozano, vendido en 15 millones también del Pachuca al PSV).
Sin embargo, salvo clubes como Pachuca y Santos, ejemplos de priorizar la exportación de sus canteranos que el valor de los mismos, el futuro no se ve igual para otros que han intentado salir incluso con su carta libre y han padecido candados como el del –supuestamente– extinto ‘pacto de caballeros’. Eso ocurrió con Alan Pulido en 2016 y con Osvaldo Alanís en 2018.
Analizó HH:
“Sin ninguna duda creo que podríamos tener muchos jugadores a nivel de ligas europeas. En este momento hay una camada de jóvenes que están haciendo las cosas muy bien y espero que puedan tener esa oportunidad de llegar al futbol europeo. Tenemos que aprovechar esta camada, que su talento siga creciendo para bien de la selección y el futbol mexicano en todos los sentidos”.
De acuerdo con cifras del portal Goal, en la actualidad hay 84 mexicanos compitiendo en el balompié europeo, incluyendo a ligas de bajo perfil como las de Malta, Gibraltar y Andorra. Sin embargo, de ellos solo 16 se encuentran en primera división de ligas potencia en países como España, Italia, Inglaterra y Portugal.
Entre los nuevos rostros están Johan Vásquez, del Cagliari italiano; José Juan Macías, del Getafe español; y José Juan Calero, del Gil Vicente portugués.
España es el país que más tiene con 41 repartidos hasta terceras divisiones o incluso inferiores. Herrera, Macías, Andrés Guardado, Néstor Araujo y Diego Lainez son los más destacados por su constancia en primera división y sus convocatorias al Tri. Pero es un mercado que históricamente, favorecido por la relación de idioma, ha recibido a la mayoría de mexicanos que emigran a Europa.
“La camada que está saliendo puede emigrar no solo al futbol español. No voy a decir nombres, pero la gente sabe quiénes son los que están haciendo las cosas bien en México y son parte de esa camada que tiene posibilidades, están en ese punto de salir para seguir creciendo como jugadores y como personas”, describe Herrera.
En el último semestre, Luis Romo, Orbelín Pineda y Sebastián Córdova han sido los más nombrados, incluso por diferentes agencias de scouteo de futbol, para emigrar a Europa.
Herrera vive su tercera temporada en España tras seis años en el Porto, donde ganó una liga y dos supercopas, además de ser nombrado capitán en la última temporada frente a la presencia de figuras de renombre como Iker Casillas. El oriundo de Tijuana llegó al Atlético a coste cero tras haber terminado su contrato en Portugal en junio de 2019; ahora, su vínculo en Madrid termina en junio de 2022.
“Veo muy lejos el retiro, no pienso mucho en el futuro sino en el presente. Estoy muy contento aquí en el Atlético, en la ciudad, mi familia está contenta y tranquila y para mí eso es lo principal. Es verdad que estoy en el fin de contrato y habrá que tomar decisiones, pero en su debido tiempo pararé un poco a pensar qué es lo mejor para mí y mi familia”, detalló.
— ¿Qué consideras que ha aportado tu generación, junto a elementos como Guardado y Ochoa, al futbol mexicano?
— “Hoy en día, la jerarquía y experiencia que transmite esta generación es muy importante. Le damos ese plus a la selección de llevar a los jugadores jóvenes por buen camino y hacer una selección más interesante.
Reflexionó:
“No me siento ni más ni menos que los jóvenes, al ser un referente en la selección. No me siento con más derecho ni más voz que los demás. Sigo siendo de la misma manera que he sido siempre y si viene un chico por un consejo que pueda darle yo encantado de sumar en su carrera”.
(Con información del diario El Economista)