BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.– Encienden focos rojos en el futbol español. A seis días de la elección para nuevo presidente, el Barcelona escaló a un nuevo episodio en la crisis en la que está sumido desde hace un año. Esta vez no atañe a resultados fatídicos en la cancha ni a las piernas de oro de Lionel Messi, sino al arresto del polémico ex presidente blaugrana, Josep Maria Bartomeu, y de otras tres personas vinculadas al escándalo conocido como Barçagate, en una operación coordinada por la unidad de delitos financieros.
La policía catalana detuvo a cuatro individuos –entre ellos a Bartomeu, al actual consejero delegado del club Oscar Grau, al responsable de servicios jurídicos Román Gómez y a Jaume Masferrer, antigua mano derecha de Bartomeu–, tras allanar el estadio del Barcelona en una operación para investigar y recabar información que sacude al club a menos de una semana de realizar elecciones presidenciales.
El allanamiento respondió al caso Barçagate, que estalló el año pasado y en el que dirigentes del club fueron acusados de lanzar una campaña de desprestigio a jugadores del equipo en las redes sociales y que eran críticos de la gestión de Bartomeu.
La operación policial se produce a seis días de las elecciones a la presidencia del club previstas el domingo, en la que los socios (propietarios-aficionados del club) deben escoger entre Joan Laporta, expresidente entre 2003 y 2010, Victor Font y Toni Freixa.
Lo ocurrido este lunes llega como consecuencia de una investigación por presuntos delitos relativos al patrimonio y el orden socioeconómico, informó la policía en un comunicado.
La policía no identificó a quienes habían sido detenidos, pero el candidato presidencial Joan Laporta confirmó las versiones de medios españoles de que Bartomeu era uno de los apresados.
«Ante los registros en las oficinas del club, y las detenciones del ex presidente del club y ejecutivos, desde la candidatura queremos decir que tenemos un máximo respeto por las actuaciones judiciales y policiales», dijo Laporta, estos hechos perjudican enormemente la imagen y reputación de nuestro club.
La operación abarcó cinco sitios diferentes, incluyendo departamentos específicos de la sede del Barcelona, entre ellos también el domicilio de Bartomeu. La policía destacó la actitud colaborativa del club y que la investigación lleva un año y aún continúa.
El club señaló que ha ofrecido su plena colaboración a la autoridad judicial y policial para aclarar los hechos objeto de esta investigación, y añadió que el caso se refiere a la contratación de servicios de seguimiento en las redes sociales.
El Barcelona ha negado las acusaciones de que contrató –y se excedió en los pagos– a una compañía –supuestamente I3 Ventures– para difundir comentarios negativos sobre sus propios jugadores y detractores en las redes sociales, y de paso darle realce a la imagen de sus directivos.
La compañía fue acusada de crear cuentas falsas en las redes sociales para desacreditar a voces opositoras en el seno del club. Entre las figuras objeto de ataques estuvieron Lionel Messi y Gerard Piqué, al igual que el ex técnico Pep Guardiola.
A raíz de estas develaciones, un grupo de aficionados denunció a la junta directiva de Bartomeu por corrupción y administración desleal, acusaciones que están siendo investigadas por una juez de Barcelona.
«Dispositivo en marcha relacionado con el FC Barcelona. Se están llevando a cabo varias entradas y registros, se están llevando a cabo detenciones», señaló en Twitter el cuerpo policial.
El club difundió posteriormente una auditoría independiente, según la cual no se cometieron delitos.
Bartomeu y los demás integrantes de la junta directiva renunciaron el año pasado en medio de una disputa por el contrato de Messi. El club atraviesa una situación muy convulsa por su crisis institucional y los problemas económicos exacerbados por la pandemia de coronavirus, con deudas que ascienden a los mil 100 millones de euros (mil 300 millones de dólares).
El equipo quedó bajo la administración de una junta gestora tras la salida de Bartomeu en octubre, precipitada por la recolección de firmas a favor de una moción de censura por parte de socios cansados de los malos resultados deportivos y el agravamiento de la situación económica del club.