Texcoco, Méx.- “Nos han querido vender la idea de que la “izquierda” tomó el poder en México. Eso es falso. Lo que hemos visto en el nuevo equipo que gobernará es una falta de claridad profunda del diagnóstico del país, pues los males de México y la creación de la riqueza en este país, se deben, según ellos, a la corrupción”, expuso Brasil Acosta Peña en un análisis sobre lo que será el nuevo gobierno mexicano.
Enfatizó que “el problema de México es el modelo neoliberal cuya producción de la riqueza tiene un carácter social, a cargo de los proletarios de este país; sin embargo, la apropiación de la riqueza, tiene un carácter privado y esta contradicción crea, por un lado, una masa inmensa de gente que sufre carencias y vive en la pobreza, por el otro lado, una clase poderosa que concentra la riqueza”.
Criticó la propuesta de utilizar los programas sociales tal como lo han hecho otros gobiernos, como remedio contra la pobreza “hoy parece haberse descubierto un neo keynesianismo por parte del equipo del nuevo gobierno. Todo lo que ofrece son sus programas de apoyo directos, o como se conoce en la jerga económica: programas de transferencias directas. Está demostrado que esos programas no reducen la pobreza”.
El también doctor en economía, dijo que ante esta realidad no puede ignorarse el contexto internacional y el debilitamiento del poderoso capitalismo norteamericano, así como, el fortalecimiento de las economías de China y Rusia, que hacen que los Estados Unidos sean más agresivos con el país a los que consideran sus “colonias” modernas.
Concluyó al señalar que con los desatinos y las improvisaciones del gobierno de transición reflejan la falta de claridad sobre el problema que se tiene entre manos y tienen una confusión en lo que se debe hacer, pues creen que “combate a la corrupción” significa ser austeros.
En otro tema, durante la Inauguración del Foro Políticas Públicas y Presupuesto para Ciencia, Tecnología e Innovación, realizado en la Cámara de Diputados, el diputado federal, Brasil Alberto Acosta Peña, dijo: “es momento de que el Estado se reivindique y destine, cuando menos, el uno por ciento del presupuesto total a la ciencia y la tecnología y no el 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), que actualmente se otorga al sector”.
Expuso que “es la hora de que se escuche la voz de quienes conocen del tema. Que la ciencia hable y los diputados escuchen, antes de dictaminar el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2019”.
Pidió que exista mayor coordinación entre el sector público y el privado, porque está probado que hay mecanismos que no requieren de mayor presupuesto, sino la reasignación inteligente del uso de los recursos, lo que los expertos llaman las economías de escala.
El foro se realizó a iniciativa de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Cámara de Diputados, y contó con una conferencia magistral, del Doctor Miguel José Yacamán, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
La propuesta de los legisladores es que, a la brevedad, se integren todos los proyectos de investigación dispersos para buscar su viabilidad presupuestal, pero además que hacer adecuaciones a los planes de estudio, para que desde el nivel básico los niños conozcan de ciencia y tecnología.
“En todos los rincones de nuestro país se debe aplicar la ciencia y los chiquillos tienen que aprender a amarla y utilizarla para transformar a la patria” concluyó el diputado priista, Brasil Alberto Acosta Peña.
El foro se desarrolló en tres mesas de trabajo, la primera analizó, la Importancia del Financiamiento y Apoyo de las Actividades Científicas, Tecnológicas y de Innovación para combatir los grandes problemas nacionales; la segunda mesa abordó los Retos del Presupuesto para la Formación, Aprovechamiento y Retención del Talento Humano; y en la tercera La Inversión Pública y Privada del Sector Científico y Tecnológico de México.
Por otro lado, con el propósito de fomentar la inclusión de los pueblos originarios de México y particularmente del municipio de Texcoco, el diputado federal, Brasil Alberto Acosta Peña, se sumó a la aprobación del dictamen que expide la Ley del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, la cual reconoce a las comunidades indígenas y afromexicanos como sujetos de derecho público.
La nueva ley crea el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas como un organismo descentralizado de la Administración Pública Federal, no sectorizado, con personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía operativa, técnica, presupuestal y administrativa, con sede en la Ciudad de México.
El objetivo de ese organismo es dar seguimiento y evaluar las políticas, programas, proyectos, estrategias y acciones públicas, para garantizar el ejercicio y la implementación de los derechos de estas comunidades, así como su desarrollo integral y sostenible, y el fortalecimiento de sus culturas e identidades.
De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); en ese año, el Estado de México registró 379 mil 075 personas de tres años y más hablantes de alguna lengua indígena, de los cuales 222 mil 394 corresponden a los pueblos originarios Mazahua, Otomí, Nahua, Tlahuica y Matlatzinca.
En el caso particular de Texcoco, Estado de México, la población hablante de un idioma nativo es de mil 192, ubicados principalmente en comunidades como San Jerónimo Amanalco, Santa María Tecuanulco, Santa Catarina del Monte y San Pablo Ixayoc, donde prevalece el idioma náhuatl.