Pese a que cientos de imágenes hablan de que los asistentes a la “marcha del ardor” no fueron suficientes para llenar el zócalo capitalino, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, mintió con todos los dientes al decir que habían llegado 1.2 millones de personas. Aquí no importa si sabe o no contar la “científica”, o la gente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, sino destacar que con esa engañosa afirmación la predilecta del presidente López Obrador manipula la información para que los mexicanos crean que el partido Morena sigue gozando de las preferencias político-electorales de los mexicanos.
A diferencia de los morenistas que a través de lentes mágicos vieron el zócalo “atascado”, millones de mexicanos vimos muchos huecos en la plancha del zócalo, lo que quiere decir que a pesar de que la marcha fue convocada por el mismísimo presidente López Obrador y de que los gobiernos morenistas dieron órdenes para que todos los funcionarios y empleados de sus administraciones acudieran a la marcha del pasado 27 de noviembre, eso no sucedió, de tal manera que faltaron tantas personas que no llenaron el espacio pues, como dijo tajante el López Obrador, “no tuvieron la capacidad para ello” y tampoco mostraron el músculo político que pretendían.
De ninguna manera quiero decir que fue despreciable la cantidad de gente que mostró su apoyo al presidente, pero lo cierto es que no fue la cantidad que los morenistas esperaban. Y es que, aunque los morenistas no lo reconozcan, la realidad es que el presidente y Morena han perdido adeptos, incluso de los que hace más de cuatro años votaron por López Obrador; ahora vemos que muchísima gente hasta lo odia porque no ha cumplido con lo prometido en campaña y, sobre todo porque se ha comportado como un dictador en varias de las decisiones que ha tomado, con las cuales ha abandonado a su suerte a la mayoría de los mexicanos.
A cuatro años de la administración federal de Andrés Manuel López Obrador, hubo una voz crítica que hizo un balance objetivo de la misma: el diputado federal Brasil Acosta Peña, durante la rendición de su primer informe legislativo anunció que votaría en contra de la reforma electoral propuesta por el presidente –la cual ya empezó a “hacer agua”–, porque “siempre estará en contra de todo aquello que fortalezca el absolutismo, el autoritarismo y la dictadura, como ahora pretende hacer el presidente de México”; además, cuestionó el abandono presidencial de los habitantes de comunidades rurales y asentamientos urbanos toda vez que López Obrador les niega presupuesto para la construcción de obras y servicios que dignifiquen sus vidas pues: “ha concentrado los recursos en obras inútiles como “el Tren Maya en la selva –que será inviable económicamente y que no será para todos los mexicanos, pues la mayoría de la gente no tiene la capacidad economica para viajar al sureste–; la refinería de dos bocas, que está inundada y no refina, y el aeropuerto de Santa Lucía, que tiene 12 vuelos al día y que ni el presidente utiliza, con lo que destruyó el gran desarrollo que hubiera traído el Aeropuerto de Texcoco”.
Pero el discurso pronunciado por Acosta Peña, no fue el primer análisis crítico que ha realizado en torno a la administración federal: en sus varias participaciones en la Tribuna de la Cámara de Diputados también ha cuestionado los recortes de los Presupuestos de Egresos de la Federación, tanto del 2022 como del 2023, los cuales no incluyen la construcción de infraestructura básica para asentamientos humanos urbanos ni comunidades campesinas, y los recortes a los presupuestos de educación y salud en aras de ”fondear” los programas sociales del presidente López Obrador, los cuales, dijo, “no sacan de la pobreza a la gente”.
En efecto, desde que López Obrador accedió al poder presidencial, para acabar con la pobreza le apostó a la entrega de apoyos directos mediante programas sociales; pero, a pesar de que el presidente prometió que esos apoyos llegarían al 50 por ciento de los hogares mexicanos, a cuatro años de distancia solamente el 34 por ciento los recibe.
Además, ahora tenemos que hay cuatro millones de pobres más de los que había antes de que López Obrador se convirtiera en presidente de México; es decir, mucha gente que antes estaba situada en la clase media, dejó de percibir ingresos por el cierre de sus fuentes de trabajo o bien, por la inflación, ya no tienen el mismo poder adquisitivo y, por lo tanto, pasó a formar parte de las filas de la pobreza.
Por no cumplir con todas las promesas hechas a los mexicanos, López Obrador ha perdido el apoyo de algunos millones, quienes ya se quitaron la venda de los ojos porque no ven que la 4ªT combata la pobreza, no impulsa el desarrollo productivo en el país y, por el contrario, sí hay más pobreza, menos medicinas, menos educación, menos servicios de salud, menos democracia y más engaños y mentiras a fin de que la 4ªT continúe detentando el poder político de este país.
Así pues, las mentiras y engaños emitidos tanto por López Obrador como por su discípula predilecta, Claudia Sheinbaum, y sus políticos de la 4ªT el único objetivo que tienen es hacer que los mexicanos sigan con una venda en los ojos.
Por el contrario, el Movimiento Antorchista trabaja para que los mexicanos se quiten la venda de los ojos; por eso, constantemente los invita a que permanentemente se informen acerca de lo que sucede en el país y a que reflexionen acerca de a quiénes benefician las decisiones del presidente, independientemente de lo que éste diga; también los invitamos a que nos organicemos para que juntos cambiemos la dirección política del país, para acabar con la pobreza y los sufrimientos que día a día viven millones de mexicanos. La pelota está en nuestra cancha, de la mayoría de los mexicanos depende acabar con los demagogos que prometen, no cumplen y luego echan mentiras para engañar y mantenerse en el poder.