Ciudad de México.- Jacobo Zabludovskymurió a los 87 años de edad, tras ser hospitalizado.
Ahora no faltarán quienes lo critiquen por lo que llamarán cercanía con el gobierno, la realidad es que se vivían otros tiempos el momento era diferente, la libertad de prensa no es la que se vive en la actualidad, sin embargo Jacobo supo mostrar, luego de haber salido de Televisa, su valía como profesional en eso que fue la pasión de su vida, el periodismo, respecto a la profesión decía: “… consiste en levantarse temprano todos los días, disciplina y tener a alguien que me apoye y me ayude, como Sarita, mi esposa”; y recuerdo también en una frase lo que aconsejaba a los jóvenes periodistas a quienes decía: “No dejen la profesión, es la mejor del mundo, y prepárense porque, cada vez, se tiene más acceso a la fuente de la cultura y necesitamos estar a la altura de nuestro público”; en ocasión de su septuagésimo aniversario como comunicador le preguntaron: ¿tiene algo de qué arrepentirse en sus 70 años de periodista? Él contestó: “Pues la verdad es que no tengo así un motivo muy grave de arrepentimiento. Quizá algunas cosas las hubiera podido hacer mejor si supiera yo leer el futuro”. Ese era Jacobo, alguien al que también ahora le recurden su cercanía con el poder, sin entender que los medios, en estos tiempos empiezan a vivir una libertad que antes no era y bueno, esto respecto a la radio y la televisión, sin embargo recordemos que el gobierno también mantenía a raya a los medios impresos mediante la distribuidora de papel PIPSA, en aquellos tiempos si alguna ligera crítica molestaba la sensible piel del gobernante en turno, simplemente no le vendían papel y no había manera de comprarlo de manera directa en el extranjero.
Jacobo sirvió al periodismo que se podía hacer en su tiempo, sin embargo para sus detractores será el depositario de la relación Televisa gobierno, sin embargo sus detractores no nos dejaran mentir al aceptar que lo que Jacobo decía en 24 Horas, era el referente de la noticia y el motivo del comentario del día siguiente.
Respecto a su retiro Abraham, su hijo, el día del sepelio dijo: “Mi padre no podía entender su vida sin su trabajo…” y el mismo Jacobo, que en alguna ocasión que le preguntaron por su retiro, manifestó: “¿Retirarme? Pero si no soy un torero. No necesito fuerza y agilidad para hacer mi trabajo. No pienso retirarme nunca.
Ese era Jacobo Zabludovky.