MI PAIS EN UNA PESADILLA…

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Raymundo Medellin

Una turba de individuos cubierto del rostro había quemado el templete donde el Presidente daría un mensaje sobre la violencia que se generaba en el país, policías y guardias de seguridad, únicamente miraron como los delincuentes sociales prendían fuego al templete, nada hicieron.

Nada era nuevo, todo se había iniciado hacía ya mucho tiempo, sin embargo la mayoría de los habitantes del país recordábamos que el 15 de septiembre de 2008 fue el parte aguas, el terrorismo se hacía presente en México, en el centro de la ciudad de Morelia, en el estado de Michoacán fueron arrojadas granadas contra la multitud que se había congregado para celebrar la independencia; luego el 31 de enero de 2010, en ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, hombres con armas de alto poder asesinaron a 18 jóvenes en una colonia de clase media; posteriormente el 12 de marzo de ese mismo 2010, llegó gente armada hasta el velorio de un joven que había sido asesinado en ciudad Juárez y mató en el lugar a 8 personas; luego, el 29 de marzo, en Pueblo Nuevo, Durango, 10 jóvenes cuyas edades no llegaban a los 20 años fueron asesinados con ráfagas de metralleta y granadas; el 18 de julio de 2010, en Torreón, Coahuila, 18 personas fueron asesinadas en un balneario y se dijo que sus ejecutores eran internos de una prisión de Durango, que entraban y salían con la anuencia de las autoridades carcelarias,  luego se asesinó a un candidato a gobernador en un estado de la república antes de la elección, en ciudad Juárez detonaron un auto contra la policía federal, la ejecuciones estaban a la orden del día en muchos estados de la república y… nadie hizo nada.

Michoacán con “la Familia” y “los Templarios” prácticamente gobernaban el estado, estaban apoderados del Puerto Lázaro Cárdenas y no había indicios de que el gobierno municipal o estatal lo supieran, se supo de las componendas entre gobierno y crimen organizado y… nadie hizo nada.

Finalmente vendría la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero se detuvo al alcalde y a varios policías municipales que estaban a las órdenes del crimen organizado y los estudiantes… desaparecidos.

Era un caos el país.

En la capital de la república no era raro ver que gente armada y cubierta de la cara se paseara enfrente de los soldados y nada pasaba… el pueblo y el gobierno habían sido sometidos por las organizaciones criminales que habían hecho alianzas entre sí para apoderarse de lo más importante que puede tener un gobierno, la toma de decisiones.

Se había llegado a este estado de cosas luego de la corrupción en las esferas de poder que permitieron la impunidad en actos delictivos de los grupos criminales.

El templete ardía ante la mirada cómplice de las fuerzas de seguridad. No podía ser cierto lo que sucedía, me negaba a aceptar que mi país, a niveles internacionales, fuera reconocido como la nación donde la mafia se había apoderado de todo; no, no, no podía ser cierto.

Me negaba a aceptar esa realidad y me preguntaba ¿por qué se había llegado a esos niveles de violencia? ¿por qué los gobernantes se coludieron con las organizaciones criminales? ¿por qué no se castigó a tiempo la corrupción que llevó a esta impunidad? ¿por qué? Era la interrogante que taladraba mi cerebro y esa pregunta no tenía una respuesta sensata.

De repente, el viento de otoño trajo una hoja de papel periódico que se estrelló en mi cara, en una de las informaciones se leía que mi país era un estado fallido y explicaba el texto que a ese extremo llega una nación, cuando el gobierno ha perdido la más esencial de sus capacidades para ejercer sus acciones de gobierno como dar seguridad a sus gobernados en sus bienes y sus personas, y era lamentable, pero eso era lo que sucedía…

De repente escuche el ruido de un disparo, la pierna izquierda me empezó a doler mucho, varios sujetos armados corrían hacia donde yo estaba, sudaba copiosamente, el miedo me invadía… desperté, me había quedado dormido, estaba viendo el canal de Excelsior televisión, era real estaba sudando y el libro que antes tenía en las manos se había caído y había golpeado mi pié, lo que produjo un principio de calambre.

Reflexione sobre lo que hablaban los comentaristas que estaban en la pantalla, y precisamente tocaban el tema que ya era común: el crimen organizado y su relación con el gobierno, recordé mi sueño y quise compartirlo, empecé a escribir un poco más tarde y creo que mi imaginación exageró los hechos, sin embargo creo que si no se toman medidas en contra de la impunidad y la corrupción, estaremos lamentando algo parecido a lo que soñé… recordé las palabras del Presidente que dijo que la ley se aplicaría “caiga quien caiga”.

Por el bien del país, espero que no sea una frase más que pase a la historia como una promesa que se hizo y que nunca se cumplió.

En mi caso, espero que solamente haya sido un sueño.       

 

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