Una explosión ocurrida en una estación de trenes en la capital de la región china de Xinjiang dejó algunas personas heridas, y aunque las autoridades afirmaron que la situación estaba controlada probablemente el hecho sea visto como una embarazosa falla en el sistema de seguridad gubernamental.
El estallido ocurrió en la terminal sur de trenes de Urumqi, dijo un portavoz oficial, y se produjo justo cuando el presidente Xi Jinping está culminando una visita de cuatro días a la región, en la que habló de planes para endurecer la lucha contra el terrorismo.
El diario People’s Daily publicó en su microblog oficial que algunas personas habían sufrido heridas y fueron trasladadas a un hospital cercano. Ni el Gobierno ni los medios estatales informaron cuál había sido la causa de la explosión.
Xinjiang, rica en recursos y estratégicamente ubicada en la frontera con Asia central, ha sido un foco de violencia por años y el gobierno responsabiliza de ello a milicianos islamistas y separatistas.
Exiliados y muchos grupos de derechos humanos consideran que la causa real de la turbulencia social en la región radica en las políticas duras de China, entre ellas las limitaciones a la práctica del islamismo y a la cultura y lenguaje del pueblo musulmán uigur, que considera que Xinjiang es su hogar.
Un portavoz del gobierno regional, Luo Fuyong, dijo vía telefónica que la situación “está bajo control”. El funcionario agregó que las autoridades están evaluando la cifra de víctimas e investigando la causa de la explosión.
Fotos publicadas en Weibo -una red china similar a Twitter-, que Reuters no pudo verificar inmediatamente de manera independiente, mostraban maletas ensangrentadas y escombros en el suelo frente a la estación.
Muchos de los mensajes que mostraban estas fotos fueron rápidamente movidas por censores, como suele suceder en China.
Xinhua informó que la explosión ocurrió en torno a unas maletas que estaban colocadas entre una salida y una parada de autobús. La estación reabrió sus puertas a las 21:00 hora local, unas dos horas después de la explosión, bajo una fuerte presencia policial, agregó la agencia noticiosa.
El incidente se produjo justo cuando el presidente Xi Jinping está culminando una visita de cuatro días a la región. No estaba claro si el presidente estaba en Xinjiang en el momento de la explosión.
El nerviosismo por la militancia islamista ha crecido en China desde la explosión e incendio de un auto en la plaza Tiananmen de Pekín en octubre, y luego de que 29 personas murieran apuñaladas el mes pasado en la ciudad de Kunming.
El gobierno dijo que milicianos de Xinjiang fueron los responsables de ambos incidentes.
Milenio