Por Juan Manuel Damián
Muy contenta debe estar la afición americanista por el momento que vive su equipo, sobretodo porque, a pesar de los malos augurios de sus detractores, está en el segundo lugar, perdió su racha invicta como local de un poco más de un año, pero mantiene un ritmo constante y sobretodo encontró a su centro delantero Henry Martín en su mejor momento futbolístico.
Es definidor, va como líder de goleo, retiene el balón, habilita a sus compañeros y en general su actuación es de lo mejor. Hace muchos años que la tabla de goleadores no la encabezaba un mexicano, creo que desde que Javier Hernández emigró del Guadalajara al Manchester United.
Nos quejamos por la falta de goleadores mexicanos que cuando alguno levanta la mano, nos ilusiona. Henry Martín es sin duda el mejor delantero de la Liga MX… por el momento.
Lo mismo pasa con Santiago Giménez destacando por sus actuaciones y sus goles, ya suma 15, en la Eredivise y en la UEFA League.
Ambos tienen esperanzas de gol para la Selección Mexicana.
Sin embargo el festejo del triunfo del América por 4-2 ante el Guadalajara tiene, no un prietito, mejor dicho un prietote en el arroz.
Esta es una pregunta para todos los jugadores de la Liga MX:
¿Saben exactamente cómo termina el protocolo de inicio de todos los partidos?
Y se lo pregunto directamente a Henry Martín.
Representantes de diversos sectores de la sociedad, niños y adultos les piden una sola cosa a todos los involucrados frente a la máxima autoridad en la cancha:
JUEGO LIMPIO.
El Fair Play o juego limpio es la premisa más importante de la FIFA y nuestro querido goleador se pasó la recomendación por el arco del triunfo y para celebrar su anotación fue a festejar orinando en la portería del Guadalajara como si fuera un perro.
Pregunta nuevamente para Henry Martín:
¿Eso es juego limpio?
Por fortuna no pasó a mayores, pero cuando menos conozco a un jugador que de haber estado en la cancha hubiera cosido a patadas a Henry Martín y qué necesidad tenemos de eso.
Es una rudeza innecesaria.
Desafortunadamente la simulación, la exageración y el engaño son prácticas recurrentes en algunos jugadores de la Liga MX para tratar de sacar ventaja.
Repito, es una rudeza innecesaria, es violencia y la violencia se traslada a las tribunas.
Qué tal si los aficionados del Guadalajara, en respuesta al festejo de Martín, fueran a orinar en el camión del América. Y qué tal si no hubiera sido suficiente.
La violencia escala, no disminuye.
Y los jugadores no son excepción, un empresario exitoso, muy exitoso incluso, Ricardo Salina Pliego, dueño del Mazatlán, en lugar de responder con argumentos, que seguramente tiene de sobra, decidió contestar con insultos a varios periodistas que cuestionaron su actuación al frente de su equipo.
Con linduras como: “Miren a Don Tontejo”, “Te demuestro que no sabes nada y te hablo de patrón a empleado” y “Por dueños como yo, le das de tragar a tu prole”.
La violencia escala, no disminuye. Pero qué podemos esperar si desde La Mañanera se descalifica a la menor provocación. ¿Ya lo ven?, molesto porque la Lic. Norma Díaz no se levantó ante la presencia del presidente, en su marcha del sábado, un grupo de descerebrados quemaron una imagen de la magistrada.
Para terminar quiero decirle a Henry Martín que los deportistas destacados como él, son un ejemplo, especialmente para los niños, que son como esponjitas y absorben todo.
Yo no sé si usted tiene hijos, pero le pregunto:
¿Cuál sería su reacción si al término de clases, después de recibir su boleta de calificaciones sus hijos fueran a “orinar” el escritorio de su maestra?
¿Lindo, verdad?
Sobre todo, si se queda usted con la opinión de algunos comentaristas deportivos del programa Más Deporte que celebraron su “extraordinario festejo”.