Vladimir Galeana
Sin lugar a duda los mexicanos nos hemos quedado azorados con el contenido de la información de la Secretaría de la Defensa Nacional que ha sido dada a conocer después de que sus sistemas fueran hackeados. Hasta ahora poco se sabe de los autores de tan extrema empresa, porque mucha de la información que sustrajeron sin lugar a duda están catalogadas como de seguridad nacional. El mismo gobierno mexicano la ha definido como “La condición indispensable para garantizar la integridad y la soberanía nacionales, libres de amenazas al Estado, en busca de construir una paz duradera y fructífera”.
La Ley de Seguridad Nacional en su Artículo 3 la define como ““las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano que conllevan a: proteger al país frente a riesgos y amenazas. Preservar la soberanía e independencia nacionales y la defensa del territorio. Mantener el orden Constitucional y la unidad de la Federación, así como fortalecer las instituciones democráticas de gobierno. Defender al país frente a otros Estados o sujetos de derecho internacional, y, preservar el régimen democrático fundado en el desarrollo social, económico y político.
El problema es que cuando las instancias del Ejercito mexicano se dieron cuenta de la profundización de los documentos sustraídos, no tuvieron más que aceptar que la seguridad nacional había sido vulnerada. El propio presidente de la República tuvo que salir a reconocer que efectivamente está enfermo, que sí padece del corazón, que además tiene hipertiroidismo y gota, además de otros padecimientos menores que prefirieron no enlistar. Ojalá quienes realizaron este robo de información no hagan mal uso de ello y la utilicen para propiciar problemas en el país.
No ha sido una circunstancia menor, o que se pueda evitar tan fácilmente, lo que hicieron los llamados hackers ha sido un brutal golpe para la opinión pública que ahora sabemos lo que en verdad ha venido padeciendo el presidente de la República. Pero también me surge la interrogante siguiente ¿la circunstancia del porqué de su empecinamiento en seguir dividiendo a los mexicanos cuando pudiera decirse que está quizá en una etapa final de su vida? ¿Acaso es tanta su maldad para seguir buscando que nos enfrentemos los unos a los otros?
Siempre me ha quedado claro que Andrés Manuel López Obrador es un sujeto de esos que los especialistas del fenómeno político y social tildan como “Zoon Politikon”. La pregunta que me hago es: ¿seguirá intentando dividir aún más a los mexicanos después de enterarnos de su lamentable estado de salud? Seguramente lo seguirá haciendo porque como dije en líneas anteriores es un ejemplar político único, aunque su maldad personal sea evidente y sus caprichos el sello de su administración.
El problema para los presuntos impolutos miembros de la clase política del Movimiento de Regeneración Nacional es que, si algo sucede al líder, habrá una crisis brutalmente violenta por las ansias de poder que detentan muchos hombres y mujeres de ese movimiento. Lo mejor que le pudiera pasar a este país en una circunstancia de este tipo, es que quien sea designado tendría que salir por consenso de todas las fuerzas políticas, y hasta ahora no veo que haya alguien que pueda en un momento de extrema tensión aplacar los ánimos de poder en el Movimiento de Regeneración Nacional. Al tiempo.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.