¿Se imagina usted estar en la última caseta para regresar a la Ciudad de México, viniendo de sus vacaciones o de trabajo de Puebla, Oaxaca, Veracruz o Tabasco, y de repente fallecer incinerado dentro de su vehículo en un par de minutos?
Ese infierno es el que sufrieron 19 inocentes, incluidos menores de edad, que murieron trágicamente este fin de semana, en la autopista México – Puebla, cuando un camión torton que se dirigía a la capital del país, a exceso de velocidad, se quedó sin frenos y embistió a por lo menos 12 vehículos que esperaban su turno para cruzar la caseta de Chalco.
El dolor inmenso es ahora para sus familiares, que hasta el día de hoy esperan se les puedan entregar sus restos, y no es por otra cosa, sino porque se deben realizar los estudios y análisis correspondientes, para la identificación de las víctimas. Y después, el vía crucis de exigir justicia, y nada menor, la cobertura de los seguros.
Hace apenas unas semanas le escribía en este mismo espacio, que era increíble cómo estos camiones, tráileres, torton y doble carga, transitaban por nuestra ciudad con un seguro muy básico, que no garantiza prácticamente nada para terceros en caso de accidentes, ¿se imagina ahora que el dueño de este camión que asesinó a estas personas, se pueda hacer cargo económicamente de las familias de las víctimas o que lo alcance la justicia? Yo tampoco.
Nuestros legisladores y gobernantes acostumbrados en andar en grillas y dimes y diretes, han hecho muy poco o nada para detener el peligro inminente al que estamos expuestos en calles, avenidas, carreteras y autopistas, y al contrario, solo utilizan la desgracia para pegar el grito en el cielo pero nunca para resolverlo.
Urge que los dueños de estos transportes sean monitoreados, verificados, revisados, y haya lo básico para parar estas desgracias que han cobrado miles de víctimas, cómo, por ejemplo, mejores condiciones laborales a operadores y choferes, con exámenes antidoping permanentes y lo más importante, verificación mecánica y seguros de cobertura amplia. Esto es lo básico, que no se está cumpliendo.
Muchas voces se van inclusive a la prohibición de los transportes doble carga, pero primero lo primero, si no hay garantías para que puedan circular estas unidades, que no sigan asesinando a inocentes, sin ninguna consecuencia para sus dueños.