“¡Vende caro tu amor…, aventurero!”

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·        La Ndrangheta del PT, es un apéndice del gobierno en turno, gobernado por el cáncer antidemocrático, y al que también califican como “un techo de dos aguas…”, que “…si no es para allá…, es para acá…”, así de sencilla la Cosa Nostra, guardando la proporcionalidad de similitudes, entre las criminales mafias terroristas sicilianas y las fuerzas políticas mexicanas

 

Blas A. Buendía

 

Alberto Anaya Gutiérrez es el presidente vitalicio del partido del Trabajo, que ha permanecido más de 30 años al frente de esa institución política; brincó de ser delincuente a político; de ser líder de una banda de invasores de terrenos, a ser incondicional de Andrés Manuel López Obrador; de ser convicto a legislador federal, desde siempre ha navegado conforme a la alta marea del océano político mexicano le pueda arrojar “a tierra firme con el poder en sus manos”.

El partido del Trabajo —cuyo emblema muestra una estrella amarilla bajo el lema “Unidad Nacional. ¡Todo el Poder al Pueblo!”, que encaja como un apéndice del terrorismo internacional—, se fundó con recursos económicos de Raúl Salinas, el hermano incómodo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, con el fin de contar con sus votos para favorecer las aspiraciones presidenciales del hermano Charly.

Con el pretexto banal de la “reivindicación social” para los desposeídos, Alberto Anaya se dedicó varios años a ser un invasor de predios en las faldas del cerro de Topo Chico que pobló con chozas construidas con láminas de cartón y trozos de tela. Siempre con el liderazgo de Anaya, el frente del grupo delictivo llamado “Frente Popular Tierra y Libertad”, venera supuestamente los ideales de Emiliano Zapata, ero resultado que es un explotación ideológica pitera.

Por esos “detallitos” fue capturado y acusado por los delitos de despojo, lesiones, daño en propiedad ajena e invasor de tierras, siendo encarcelado en el penal de Topo Chico en Monterrey, Nuevo León. Fue puesto en libertad gracias a que fue indultado por gestiones del entonces gobernador Alfonso Martínez Domínguez.

Tras muchos años, ahora como presidente vitalicio del Partido del Trabajo, ha recibido millonarios recursos desde su fundación, marcada el 8 de diciembre de 1990, por parte del Instituto Nacional Electoral (INE).

Además se suman los millones de pesos que cobra —debajo del agua— por su apoyo incondicional a la presente administración del llamado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), cofradía de vándalos, fundada por Andrés Manuel López Obrador, quienes juntos siguen siendo una pareja infernal, costosísima para el erario federal.

Anaya Gutiérrez ejerce uno de los negocios más lucrativos que existen en México que es el de instrumentar un “partido político nacional”. Con poca inversión económica inicial, empezó a recibir millonarios recursos a manera de prerrogativas y por otros conceptos y/o servicios, como la de alquilarse al mejor postor, sus siglas, y sus exiguos votos, bajo el lucrativo disfraz de co-alianzas.

Ese es el caso del PT, (otro es el Partido Verde Ecologista) que desde su establecimiento encabezada por anayita, éste salió más que chistoso, porque se considera como un “líder de izquierda” vitalicio, siendo un auténtico tecnócrata de la más pestilente ralea del quehacer político de México, su disfraz lo descubre como un rancio “camaleón”, pasado de moda…

Sin incurrir en apologías, lo inverosímil es que Anaya —cuán prostituto y despreciable político–, percibe beneficios que puntualmente se traducen en generosas dietas como legislador federal, pese a que en su negro historial, fue un ex convicto con suerte, es decir, ha venido brincando de la Cámara de Diputados al Senado de la República, y viceversa. “Así se la ha llevado el muy ingrato”, acusan sus detractores.

En resumen, el quehacer político mexicano siempre ha estado secuestrado por el populismo que engaña a sus correligionarios quienes también, cuan cómplices, “se llevan miserables chayotes gubernamentales” que no les permite amasar cuantiosas fortunas, pero viven de la dádiva.

Entre su desfachatez, también se suman y hasta se multiplican las cuotas que cobra a sus afiliados y otras prebendas de dudosa procedencia, sin aceptar ser auditado para dar cumplimiento a la Ley de Transparencia del país.

Antes de incorporarse a la política, y vivir dentro de los cauces legales, anayita tenía un negocio muy lucrativo, como el de encabezar varios grupos de precaristas para invadir predios ajenos, en especial en la zona conurbada de la ciudad de Monterrey, que fue el reducto de su enorme patrimonio.

Durante varios años el PT es y sigue siendo considerado como sinónimo de corrupción en su más amplia dimensión, sumándose ser un ente que comulga con la violencia, con calificadas acciones de vandalismo, pero su carta mayor, es la arbitrariedad, muy propia de esos tecnócratas oclocráticos, emanados de las pestilentes atarjeas de la kakistocracia, que se dicen ser de izquierda, pero que cobran con la mano derecha.

¡De izquierda ideológica no tienen nada! Llegaron al poder por la vía democrática —necesario aceptarlo—, pero bajo engaños, ante la sapiencia que siempre han sido gorrones de la política, y el pueblo, paradójica y desgraciadamente aún se los permite…;

Pese a que MORENA ha dejado todo un reguero de sangre con esa quimera que ilustra negativamente ese glosario de “Abrazos, no balazos”; su rimbombante frase de “No mentir, No robar, No traicionar”, y lo caótico del presidente López, que apuntalan o echa por tierra esas insanas conjeturas, “A mí no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, es la propia medición de su mal gobierno.

Son tan cínicos los políticos mexicanos que no velan por ayudar al pueblo, sino que con su máscara “democrática”, se mantienen bajo el manto divino del Caín de Macuspana, hoy convertido en Presidente de México.

En síntesis, Alberto Anaya tiene poder, dinero, impunidad y fuero, y sus huestes que le sirven, es un personal que le es útil para engrosar manifestaciones que nunca han dejado de ser acciones de presión, toda vez que les brilla un “terrorista bravucón”, apodado “El Changoleón” (Gerardo Noroña), por sus constantes fanfarronerías contra los antagonistas del C. Presidente de la República.

Anaya ha sido acusado tan variadas veces por otro grupo llamado Unión Democrática Nacional, corriente disidente formado por personal de ex petistas que surgieron de su propia disidencia, denunciando permanentemente que Don Alberto posee una extraordinaria fortuna superior a los 300 mil millones de pesos, dineros que lava en paraísos fiscales.

Al “presidente” del PT no le interesa promover el crecimiento de “su partido”, su sede que se localiza en Avenida Cuauhtémoc de la Ciudad de México, prácticamente es una obra negra, donde se observa “la manita de gato” de supuesta “modernidad”, como carta de presentación, a la entrada de ese cascarón de cemento y varillas, viejo e inútil, con el riesgo de venirse abajo por cualquier sismo que pudiera haber en el futuro inmediato.

Anayita le conviene tener pocos afiliados, suficientes para no perder el Registro Nacional de Partidos Políticos, sin grandes triunfos, con poca fuerza. Piensa que si su partido prospera, le podrían hasta crecer sus “enanos”, el resurgimiento de otros liderazgos con pensamientos democráticos, que le haría perder el control. A la fecha está entregado al presidente López Obrador, con quien conserva una abyecta sumisión.

“Endenantes” —como dirían los desarrapados—, Anaya y su PT era aliado del PAN, PRI y Convergencia por la Democracia (ahora Movimiento Democrático). Ha deambulando como vil prostituta, iniciando su ficticio recorrido desde la avenida Sullivan a la avenida Cuauhtémoc, vendiendo caro su amor, como aventurero de la política mexicana, dándole lectura a una de las renombradas canciones veracruzanas.

Entre las coplas dramaturgias resalta la letra de “Aventurera”, introversión muy aplicada al vaivén de la política mexicana, donde el inmortal “flaco de oro”, Agustín Lara, —cuan acertijo transformador con perene mensaje político—, entre otras vicisitudes, destacaba: “…Ya que la infamia de tú ruin destino/Marchitó tú admirable primavera/Haz menos escabroso tú camino/Vende caro tú amor aventurero…”

El PT sigue siendo una imitación de la Perestroika convertida en Ndrangheta (o viceversa), el cual es un claro apéndice del gobierno en turno, gobernado por el cáncer antidemocrático, y al que también califican como “un techo de dos aguas…”, que “…si no es para allá…, es para acá…”, así de sencilla la Cosa Nostra, guardando la proporcionalidad de similitudes, entre las criminales mafias terroristas sicilianas y las fuerzas políticas mexicanas, que en éste caso, existen dictadores parásitos que de forma explicable, frenan los desarrollos de sus naciones para saquear la riqueza de sus pueblos, como lo ha venido haciendo Andrés Manuel López Obrador.

El peor castigo que México está pagado por su solidaridad con otros pueblos, es la abierta traición que Andrés viene traicionando la confianza a quienes lo condecoraron en la Presidencia de la República…

Fue que López Obrador admitió la invasión de ideologías destructivas y criminales, que contrasta con un histórico boom de invasores de América Latina que abandonaron sus países para ir a la conquista del sueño dorado americano, arriesgando hasta la vida.

Si bien lograron entrar a esa fortaleza de Estados Unidos con la esperanza de mejorar sus vidas, su costo le ha sido también adverso porque en infinidad de casos, se tiene documentado que muchos “salieron con los pies por delante”, los cuales se suman al gran cementerio que representa la República Mexicana por miles de personas asesinadas, frente a un gobierno insensible no supo gobernar a toda una nación, a la que dejó morir.

Premio México de Periodismo Ricardo FloresMagón-2021

filtrodedatospoliticos@gmail.com

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