Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa radiofónico “Hablando Claro” de abc Radio que conduce Manuel Aparicio.
-Eso es el gobierno que se quiere meter en nuestras cabezas…
-El coronavirus no existe.
Fue la respuesta que recibimos de un vendedor de gas al que le preguntamos, el por qué no traía su tapabocas.
Mucha gente todavía no lo cree, aunque la gran mayoría ya ha padecido en carne propia la partida de un ser querido, de un amigo o hasta de un conocido que vive cerca de su casa.
Esta Navidad deberá ser motivo de reflexión, de pensar en lo que nos ha dejado este año que concluirá luego de pasar la navidad, año en el que el tiempo se detuvo, año en el que nos faltarán familiares, donde en la mesa habrá lugares vacíos de familiares que partieron sin siquiera haberlos podido abrazar, despedir; familiares y amigos de los que únicamente guardamos el bonito recuerdo de la importancia que representaron en nuestras vidas.
(Fotogrtafía Luz Noticias)
La pandemia hizo que nuestros pensamientos volvieran a la realidad, nos obligó a entender muchas cosas entre las que se cuentan la unión familiar, la empatía con nuestros semejantes; nos enseñó que en el tiempo, el verdadero milagro de la vida es la existencia de cada cual, la actual pandemia de coronavirus es un momento particularmente importante para que la humanidad se repiense como mundo, como sociedad y como personas, y ver qué he hecho yo por los demás, qué voy a hacer por los demás; porque eso que haga lo haré también por mí mismo”.
Es decir, que nadie se salva solo, que todos estamos, indigentemente volcados hacia los demás. Que existe un destino común, y entonces cuando yo me preocupo por los demás, en realidad me estoy preocupando por mí. Cuando yo me cuido, cuido también a los demás; cuando me aíslo, contribuyo a que toda la especie salga adelante”.
La naturaleza está protestando frente a hechos inhumanos que nos han impuesto las necesidades de una vida cómoda… y todavía nos negamos a aceptar lo que es evidente.
Esta navidad del 2020 será recordada por quienes entiendan y superen el momento, como la Navidad que nos obligo a entendernos como seres humanos, nos deja la enseñanza de que en la reclusión y el aislamiento se pueden tener de nuevo momentos humanos de descanso, de sueño, de estudio; recuperar dimensiones perdidas, como la conversación, la cercanía, la preocupación por los demás; la necesidad de relaciones humanas, a escala humana; todo aquello que las prisas que nos impone la sociedad contemporáneas nos ha impedido.
Anoche fue Nochebuena, ahora festejamos la Navidad como nunca lo imaginamos, celebremos el nacimiento de Jesús con la obligada reflexión de enmendar el camino que hemos impuesto a nuestra vida, a nuestra existencia.
