Ciudad de México.- Este martes 22 de octubre se cumple el 156 aniversario del nacimiento de Adamo Boari (1863-1928), cuyas obras más representativas son el Palacio Postal Mexicano y el Palacio de Bellas Artes. Este último, espacio emblemático que celebra 85 años de creación y al cual el arquitecto italiano dedicó el mayor tiempo de su carrera.
Adamo Boari estudió en las universidades de Ferrara y Bolonia donde se graduó como ingeniero civil en 1886. Posteriormente participó en una exposición nacional de arquitectura en Turín, en la cual sus diseños y proyectos obtuvieron gran reconocimiento.
Llegó a México en 1899 y se encargó de proyectos religiosos, además participó en el diseño de la cúpula de la Parroquia y Santuario de Nuestra Señora del Carmen, así como en el techo del crucero del Templo de San Miguel Arcángel, en Atotonilco el Alto, Jalisco; en el Templo Expiatorio de Guadalajara, Jalisco, y la Parroquia de Matehuala, en San Luis Potosí, además del diseño del Palacio Postal Mexicano (1902-1907).
En 1904, el presidente Porfirio Díaz le encargó un proyecto de construcción para el nuevo Teatro Nacional, empresa que compartió con el ingeniero Gonzalo Garita, quien posteriormente abandonaría el proyecto, dejando a Boari como único responsable.
Para llevar a cabo su diseño, Boari viajó a Europa a visitar teatros y se estableció en Chicago donde surgió la idea del Palacio de Bellas Artes; ahí conoció a Frank Lloyd Wright -uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX y pionero en la arquitectura orgánica-, quien en su Testamento, escribió:
“Recuerdo un hirviente italiano, apellidado Boari, que había ganado el concurso para el Teatro de la Ópera Nacional de la Ciudad de México. Pasó temporalmente para realizar los planos de dicho edificio y se encontraba alejado de todos nosotros, pero era observador y curioso. Iba y veía lo que estaba haciendo y bien intencionado. ‘¡Ah, arquitectura austera!’, daba vuelta sobre sus talones con otro quejido y regresaba a su gorguera renacentista italiana”.
Seguramente, de estas experiencias, Adamo obtuvo influencia del art nouveau y diseño europeo, estilo artístico en el que predominan las formas orgánicas. Las obras iniciaron en 1904 y un año después el presidente Porfirio Díaz colocó la primera piedra de la construcción.
Entre los detalles de ornamentación del Palacio se encuentran algunas cabezas de perro, inspiradas en la mascota de compañía de Adamo Boari, una perrita llamada Aída que murió durante ese periodo.
El estallido de la Revolución Mexicana retrasó la obra y su ejecución fue detenida definitivamente en 1916, luego de que Adamo Boari dejara el país con rumbo a Europa. El recinto dedicado a la cultura fue terminado después de 30 años.
Establecido en Roma, Adamo Boari escribió un libro sobre la construcción y el diseño de teatros en los últimos años de su vida. El arquitecto falleció el 24 de febrero de 1928 en su natal Italia, tras vivir algunos años en Uruguay, Argentina, Estados Unidos y México.