“Así, hasta yo soy activista”, dijo evidentemente molesta una comerciante de comida del mercado de Amecameca, a quien uno de los llamados “servidores de la nación” recién le había dicho -en plática informal en su puesto de comida-, que él ganaba más de 8 mil pesos al mes por ir casa por casa a entrevistar a la gente para obtener datos para que recibiera “ayudas sociales de parte del presidente López Obrador”.
“¿A poco AMLO paga los programas sociales de su bolsillo?, le pregunté. Me dijo que no, pero que el presidente es un hombre bueno y que por eso ahora el dinero de la nación lo repartía entre los que más lo necesitaban. Pues mire, le dije, antes yo recibía más con Oportunidades, y el presidente no decía que él personalmente me lo mandaba. No, señora, si esos dizque servidores de la nación ahora andan por todos lados hablando bien de ese López Obrador, pero ya ve cómo nos tiene: mi hija es secretaria y ya no tiene trabajo y mis dos hijos son obreros y les cerraron la fábrica; en la casa de mis vecinos vivía un montón de gente, pero todos los grandes se enfermaron de esa cosa del Covid y murieron los señores grandes, los dos, también murió una de sus nueras, estaba joven, no tenía ni 40 años, pero se murió porque primero no quiso ir al doctor y luego ya no la recibieron en ningún hospital.
“Ese hombre (López Obrador) no puede ser gente buena, si lo fuera no dejara que se muriera tanta gente. A mí no me queda de otra que venir a trabajar porque si no, cómo voy a mantener a mis hijos más chicos, no van a la escuela, pero tienen clases en la computadora y hay que pagar más luz, el internet ese… y comen más que antes. Que Dios y la Virgen de Guadalupe nos protejan, porque quién sabe en que va a ir a parar todo esto…”.
Así como esta, en el país hay miles de historias de dolor y muerte: hasta el jueves 4 de febrero, oficialmente en México se han muerto 161 mil 240 personas a causa de Covid-19. Sin embargo, extraoficialmente los estudiosos dicen que ya vamos rondando el medio millón de fallecidos, sin contar los millones de mexicanos que también sufren por falta de empleo y, por tanto, porque no pueden atender médicamente a sus enfermos, muchos de los cuales irremediablemente mueren y, lo que es peor, tampoco tienen la posibilidad de ni siquiera satisfacer las necesidades de alimentos, medianamente de calidad, de sus seres queridos.
Desde hace más de dos años, las 18 mil 894 personas que fueron activistas sociales de Morena durante la campaña de López Obrador, ahora reciben un sueldo mensual de 8 mil 482, el cual pagamos todos los mexicanos con nuestros impuestos; o sea, como quien dice, ahora pagamos el trabajo de los activistas del partido Morena y de López Obrador porque el objetivo principal de los dizque “servidores de la nación” es promover las bondades del presidente mediante los beneficios que ha entregado a adultos mayores, ninis y estudiantes, pero sin decir que todo esto es posible gracias al dinero que los mexicanos aportamos a la nación.
Ahora, los activistas de Morena que pagamos todos los mexicanos, son parte de las brigadas de vacunación en contra de Covid-19 y, como todos sabemos, ellos fueron los primeros en recibirla, incluso antes que los médicos y todo el personal que diariamente se enfrenta a ese mortal virus debido a que tienen la importante encomienda de hablar bien del presidente con los beneficiarios de vacunas y programas sociales, a quienes se les amenaza de que perderán esos beneficios si pierden los candidatos de Morena en las elecciones del próximo 6 de junio.
Así, con tal de que Morena no pierda el control de la Cámara de Diputados, gobiernos y presidencias municipales, López Obrador echó a andar su maquinaria de “servidores de la nación” para que nuevamente promuevan su imagen y la de sus corruptos e inútiles funcionarios públicos y representantes populares.
No hay mal que dure 100 años ni nadie que lo aguante. México necesita recuperar la alegría y en las manos de los mexicanos que queremos un México mejor está la solución: acabar con los mentirosos y engañadores que prometieron las perlas de la virgen y cada día solo nos entregan suspensión de empleos, sufrimientos y muertes.
