· Distan estadísticas patronales en la percepción de inseguridad
· Hay algunos delitos que presentan tendencias preocupantes al alza, tales como la extorsión, el abuso sexual, la violencia familiar o el robo en transporte público colectivo
Blas A. Buendía
Si bien la cúpula empresarial de la capital de la república admite una supuesta reducción en los altos índices de inseguridad, en la praxis distan en mucho sus percepciones ya que día a día, la sociedad que deambula en calles y avenidas, encomendándose con el “bendito espiritual en Cristo”, los asaltos a transeúntes y negocios, ya forman parte de la autonomía que corresponde a la impunidad, ejercida en la urbe más grande del mundo.
De acuerdo con datos del INEGI (Instituto Nacional de Geografía y Estadística), al bajar en el lapso de un año 10.3 puntos porcentuales, pasando de 67.4% en 2022 a 57.1% en 2023, significa que la inseguridad sigue rebasando toda estrategia gubernamental en la materia, y no hay forma que se revierta esa tendencia por la simpleza de que el aparato de justicia, en lo general y en lo particular, se tienen que enmendar sus formas para combatir hasta el narco-menudeo, fenómeno antisocial que ha arrojado decenas de personas asesinadas relacionadas por conflictos de las drogas.
La COPARMEX-CDMX hace cuentas alegres que la convierten en un ente encubridor en lugar de denunciar que los cinturones de seguridad no han sido actualizados porque la violencia sigue siendo el pan de cada día, como son los asaltos también en el transporte masivo.
“Resulta fundamental fortalecer la estrategia y las acciones implementadas por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y la Secretaría de Seguridad Ciudadana para mantener estos niveles de incidencia delictiva a la baja”, aseguró el líder empresarial capitalino, Armando Zúñiga Salinas quien, sin embargo, expresó su reconocimiento demagógico histriónico a la Fiscal Ernestina Godoy y al jefe policiaco Omar García Harfuch, por ofrecerle a los capitalinos “una Ciudad cada vez más segura y respetuosa de la ley”, por lo que “su permanencia más allá de los vaivenes políticos resulta fundamentales”.
Zúñiga Salinas evadió el fondo de la problemática la cual se centra propiamente cuando el jefe del Ejecutivo federal debería poner el ejemplo de respetar la Constitución Política de los Estados Unidos, sin redondeos demagógicos, pero no lo hace porque está coludido en la Cuarta Transformación, modelo político y económico que simbolizan el rotundo fracaso de un mal gobierno.
Aunado a lo anterior, la sociedad en general lamenta y sentencia que este régimen oclocrático emanado del fenómeno de la kakistocracia —donde se integran “como gobierno” a los personajes más incompetentes e ignorantes del momento–, las cuenta alegres del sector patronal se centran en que nueve de las 16 alcaldías en la Ciudad de México, se “encuentran por debajo del promedio nacional”, ya que en dicho índice de percepción, es que de 61.2%, se redujo de 4.1 puntos en un año, dado que el índice anterior era de 66.2%. Lo cierto que con esas estadísticas se deja entrever que la Ciudad de México se ha transformado en un hoyanco de inseguridades a más no poder…
Zúñiga Salinas destacó que cuatro alcaldías están por arriba del promedio nacional (Tláhuac, 73.9; Iztapalapa, 70.5; Iztacalco, 70.1 y Xochimilco, 69.5); tres arriba del promedio de la CDMX (Gustavo A. Madero, 61.1; Milpa Alta, 59.0 y Cuauhtémoc, 58.5), y las nueve restantes están abajo del promedio (Azcapotzalco, 55.8; Álvaro Obregón, 52.3; Magdalena Contreras, 52.0; Tlalpan, 52.0; Coyoacán, 51.2; Miguel Hidalgo, 46.1; Venustiano Carranza, 41.2; Cuajimalpa de Morelos 27.7 y Benito Juárez, 19.4).
De acuerdo al INEGI, en los tres primeros meses de 2023 se registró un aumento neto de 5,070 delitos reportados en las fiscalías respecto del mismo periodo de 2022. Lo anterior, representa un crecimiento del 9.3%, pero aún menor en 4.1% respecto de 2019.
Aunque es una “situación a la que se debe poner atención” —afirmó Zúñiga— hay algunos delitos que presentan tendencias preocupantes al alza, tales como la extorsión, el abuso sexual, la violencia familiar o el robo en transporte público colectivo.
En cambio, hay algunos delitos que mantienen su tendencia a la baja y que son clasificados por el Consejo Ciudadano de Seguridad como de alto impacto, entre otros, el secuestro, la violación simple, el robo a negocio con violencia y el robo de vehículo automotor.
El trabajo realizado recientemente tanto por la Fiscalía como por la Secretaría de Seguridad Ciudadana muestra una importante reducción registrada en el número de víctimas de homicidio doloso, que permitió llevar a este indicador, incluso a mejores niveles que los vistos en el 2015.
Por ello, agregó el dirigente de la COPARMEX-CDMX, en el marco del Foro “Incidencia delictiva en la Ciudad de México y su impacto en las empresas”, es importante no descuidar la estrategia de seguimiento ante el repunte que se observa en los dos últimos trimestres.
Armando Zúñiga Salinas dijo conservadoramente que la incidencia delictiva es una de las principales preocupaciones para las empresas, pues su costo estimado, según datos de la Confederación Nacional, superan el 1% del Producto Interno Bruto a nivel Nacional.
¡La Ciudad de México se ha vuelto mucho más peligrosa!, al grado de considerarse que debido a su transformación geopolítica interna, se puede considerar que “la ciudad que ya no lo es…”, lamentablemente porque ha ahuyentado al turismo internacional, producto de poseer un gobierno kakistocrático.
Premio México de Periodismo Ricardo Flores Magón-2021
