Este lunes 23 de diciembre se realizó con apoyo de la Guardia Nacional, personal experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), un sobrevuelo al volcán Popocatépetl para verificar sus condiciones generales.
Se corroboró la destrucción del domo número 85, observado en noviembre pasado. Se visualizó también que el cráter interno mantiene un diámetro de 350 metros, pero su profundidad disminuyó a 90 metros, al ser parcialmente ocupado por los restos del domo y estar relleno por bloques y cenizas.
Con base en los diferentes parámetros que se monitorean y la información obtenida durante el sobrevuelo, se considera probable que continúen presentándose emisiones leves de ceniza. Eventualmente podrían presentarse algunas explosiones que no excedan en magnitud a las ya observadas. Estos escenarios están contemplados en el nivel Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica. Por ello, se reitera el llamado a la población a respetar el radio de restricción de 12 kilómetros.
Es importante señalar que para el pronóstico de una erupción volcánica se utilizan distintos parámetros de monitoreo como la observación de cambios físicos, medición de manantiales y gases, así como registros de la actividad sísmica. Sin embargo, ninguno por sí solo puede definir el comportamiento del volcán.
El CENAPRED emite un reporte cada 24 horas sobre la actividad del volcán los 365 días del año y cualquier cambio en la actividad del Popocatépetl se comunica de manera oportuna por las cuentas oficiales de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).
La CNPC trabaja con parámetros científicos que permiten realizar evaluaciones con el propósito de salvaguardar la seguridad de las y los mexicanos, así como para compartir información oficial y oportuna a la población.