BALÓN CUADRADO/Agencias
Jesús Yáñez Orozco
Ciudad de México.- A los 27 años de edad, al margen de una inconmensurable belleza ha pasado, también, a formar parte del mar de anécdotas de los Juegos Olímpicos. Aunque la suya resulta peculiar. Jessica Fox, ganadora de tres medallas en tres Juegos Olímpicos, obtuvo oro en la primera carrera olímpica de piragüismo femenino en los Juegos de Tokio 2020.
Todo ocurrió cuando la australiana tuvo que reparar su embarcación con la que pretendía alcanzar un histórico doblete y tuvo que conformarse con el agridulce sabor del bronce en K1. La anécdota viene porque tuvo que tirar de un condón para hacer el arreglo casero de su kayak
Así lo comento ella misma después de colgarse la medalla y colgó en redes un vídeo con el original arreglo. En él se puede ver a un técnico del equipo australiano reparando la embarcación con una mezcla de carbono y usando el profiláctico para sujetar la mezcla al kayak.
Fox ironizó el jueves con la elasticidad y resistencia de los condones para el arreglo que necesitaba su kayak.
“Apuesto a que no sabían que los condones pueden usarse para reparaciones de kayak”, bromeaba la palista antes de competir y colgarse el primer oro de Tokio 2020.
“Tienen mucha elasticidad y son muy fuertes”, aseguró.
Narró:
“Estaba soñando con eso y realmente creía que estaba dentro de mí, podía hacerlo, pero nunca se sabe lo que va a pasar en los Juegos Olímpicos”.
Se trata, detalló, “de mantener los nervios y probablemente no lo hice muy bien en el kayak un par de días antes, así que fue difícil llegar a este punto, pero ha sido increíble hacer lo que hice hoy”, expresó la atleta luego de conseguir la presea de bronce.
Jessica Fox es una personalidad muy conocida en Australia, donde su sonrisa adorna regularmente las portadas de las revistas.
Su sueño de ganar el oro tanto en el eslalon de canoa como en el de kayak se hizo añicos cuando dos golpes de pértiga en el kayak le valieron una penalización de cuatro segundos y dieron el título a la alemana Ricarda Funk.
Fox consiguió un bronce que se suma al que ganó en Río de Janeiro en 2016 y a su plata en Londres cuatro años antes.
La piragüista australiana de eslalon llegaba a los Juegos de Tokio con tres medallas de tres Juegos Olímpicos y este jueves obtuvo el oro en la primera carrera olímpica de piragüismo femenino.
La australiana tiene mucho que ver con su padre, el británico Richard Fox, múltiple campeón del mundo, y su madre, la francesa Myriam Jérusalmi, medalla de bronce en kayak en los Juegos de Atlanta 1996, dos especialistas que se trasladaron a Australia antes de Sydney 2000 para transmitir sus conocimientos.
