Héctor Hugo Villegas Severiano
Este 15 de diciembre, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, inauguró el primer tramo del Tren Maya, que va de Campeche a Cancún. Este comprende 473 kilómetros, de los mil 554 kilómetros que tendrá todo el circuito que atravesará cinco estados del país.
Los otros tres tramos van de Cancún a Palenque, Chiapas; posteriormente de Cancún a Chetumal por el lado de la selva, Calakmul, y de nuevo a Campeche a Escárcega y a Palenque.
En total el tren contará con veinte estaciones y catorce paraderos cercanos a zonas turísticas y distintos aeropuertos, y se espera que en su totalidad esté funcionando el 29 de febrero de 2024.
López Obrador señaló que no hay una obra como el Tren Maya actualmente en el mundo, y que se haya construido en cinco años es un tiempo récord. “Es una obra magna, estas obras por lo general trascienden gobiernos, son de más de una década; la obra es una realidad por la ingeniería civil, con la ingeniería ferroviaria y, sobre todo, por los trabajadores de la construcción”, detalló.
De acuerdo con funcionarios federales, esta obra pretende impulsar el desarrollo económico y turístico de la región sureste del país en beneficio del pueblo de México. No se debe perder de vista que los habitantes de estos estados se sienten abandonados por administraciones anteriores, y que dicho proyecto se les ha vendido como una luz de esperanza que sacará de la pobreza a toda la península.
De nueva cuenta, se inaugura una obra sin ser terminada, ya que incluso el tramo que recorrió el presidente está inconcluso y más bien la urgencia de ponerla en marcha es para usarla como propaganda política por parte del morenismo.
Sin embargo, el tiempo demostrará que esta “magna obra”, como otras que ha realizado este Gobierno (por ejemplo, la refinería de Dos Bocas, que diecisiete meses después de ser inaugurada no ha producido un solo litro de gasolina), será un fracaso en detrimento de todos los mexicanos. Sólo la inversión final de la obra se calcula en más de 500 mil millones de pesos, que significa un incremento superior al 300 %, de acuerdo con el presupuesto inicial que estaba calculado en 120 mil millones de pesos.
Con Slim beneficiándose del Tren Maya se cumple muy bien aquella frase de AMLO: “No hay rico de México que durante mi gobierno haya perdido dinero”, mientras que la pobreza extrema crece en el país.
La inversión hecha por el Gobierno federal, si se realizan cuatro viajes diariamente y se venden los 231 lugares, pagando la tarifa máxima, se estaría recuperando posiblemente en el año 2850.
Diversas organizaciones ambientalistas, como el colectivo Sélvame del Tren, han señalado que la obra se realizó sin escuchar a las comunidades indígenas, y que dicho tren no servirá a la población para ir a sus trabajos o la escuela, ya que además el costo del boleto resultará muy caro.
Además, dicen, el tren ha dañado la selva al rellenar de cemento cenotes y ríos subterráneos, sin ningún estudio. Por si fuera poco, el tren será administrado por los militares y no por los mayas, lo que acentúa la discriminación y exclusión hacia los pueblos originarios, al ser un proyecto impuesto, a la fuerza, que repercutirá de manera negativa en la vida de las comunidades.
Todos hemos escuchado, en reiteradas ocasiones, las críticas del presidente en contra de los empresarios y “la corrupción” de todos ellos, pero resulta que Carlos Slim, es uno de los beneficiados con los contratos del Tren Maya. Slim, quien, de acuerdo a datos aparecidos en diferentes medios de comunicación, tiene un patrimonio superior a los 100 mil millones de dólares, que lo consolida como el latinoamericano más rico y el número once a nivel mundial; uno de los empresarios favoritos de AMLO. Con ello se cumple muy bien aquella frase de Andrés Manuel: “No hay rico de México que durante mi gobierno haya perdido dinero”, mientras que la pobreza extrema se expande por todo el territorio nacional.
Todo un derroche de recursos para los caprichos del presidente, pero no hay recursos para miles de niños y niñas, enfermos de cáncer que siguen sin medicamentos; millones de mexicanos siguen sin poder surtir sus recetas médicas; en las instituciones de salud, poniendo en riesgo sus vidas, y millones de personas afectadas por los fenómenos meteorológicos que han azotado al país, abandonados a su suerte ante la incompetencia de este Gobierno.
Por todos lo anterior, urge que el pueblo se eduque para que no lo sigan deslumbrando con espejitos que no lo sacarán de la pobreza y sólo sirven para enriquecer a unos cuantos.
