Comentario político del periodista Raymundo Medellín para el programa radiofónico “Hablando Claro” de Radio Expresión México que conduce Manuel Aparicio.
En la mayoría de los casos la migración humana, considero, que es un instinto humano que se tiene ante diversas situaciones y con el fin de preservar la vida. La migración ha estado caracterizada y dificultada por la guerra, el esclavismo y la persecución. Los judíos huyeron de sus tierras ancestrales tras las olas de exilio y la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., creando una enorme diáspora. Al menos 12 millones de africanos fueron esclavizados y obligados a trasladarse a las Américas durante la trata transatlántica de esclavos, entre el 1500 y la década de 1860.
Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, cientos de miles de supervivientes del Holocausto y otros civiles se convirtieron en personas desplazadas y emigraron a Europa occidental, el territorio del Mandato británico de Palestina —que más adelante se convertiría en Israel— y los Estados Unidos. Tras la guerra de Vietnam, más de 125.000 personas de Vietnam emigraron a los Estados Unidos ante una crisis humanitaria.
Hace unos días se presentó una tragedia en el estado de Chiapas, donde murieron 55 seres humanos, los hechos además de muy lamentables ponen al descubierto una red de complicidades entre autoridades y crimen organizado, aunque se diga que eso ya no existe en tiempos de la 4T; resulta infantil que el presidente Andrés Manuel López Obrador culpe a los Estados Unidos, por “su lentitud para invertir recursos en Centroamérica” para evitar la migración, mucho menos la migración puede ser creada por el neoliberalismo, ya que se trata de un fenómeno que viene de la mano con la existencia del ser humano; mucho saben del tráfico humano que causó la tragedia el gobernador de Chiapas Rutilio Escandón, la Guardia nacional y el Instituto Nacional de Migración, pero claro, resulta más cómodo culpar al neoliberalismo y al gobierno de los Estados Unidos, con el que por cierto, el actual presidente de México aceptó un convenio con el presidente Donald Trump sobre migración.
Hay que entender que los centroamericanos están huyendo de gobiernos que no les garantizan una vida digna y tranquila.
En esos niveles de gobierno no se ignora que células de los cárteles del Golfo, Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, se disputan el control del tráfico humano; el mismo gobierno ha informado que son bandas de “polleros” que pertenecieron a los “Zetas”, que prácticamente desaparecieron del panorama criminal.
(Fotografía El País)
Ahora, después de la tragedia del tráiler que se volcó y cobró la vida a 55 personas, México y Guatemala creen haber descubierto el hilo negro y lanzaron una iniciativa de cooperación; el canciller guatemalteco Pedro Brolo, hablaba de medidas inútiles como “endurecerlas penas”, para lo cual no se necesita más que el voto de legisladores, pero ni México ni Guatemala en su respectiva representación, hablaron del problema de fondo: la corrupción. ¿De verdad puede concebirse que un tráiler con más de 150 personas a bordo, cruce la frontera entre Guatemala y México sin que ninguna autoridad lo note?
Quizá el esfuerzo conjunto sirva para distraer la atención, pero seguramente no acabarán con el corrupto negocio cuyos beneficiarios son policías, agentes de migración y funcionarios.
