DRA. MARÍA LUISA ALBORES
SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE
El compromiso es lo que
convierte una promesa en realidad.
Abraham Lincoln
Cuál no fue mi sorpresa, doña Ma. Luisa Albores, al enterarme que usted difirió su presencia en la Cumbre de Cambio Climático COP26, celebrándose en Glasgow, Escocia, porque comparecerá en la Cámara de Diputados. Siendo usted la secretaria de Medio Ambiente, debió de encabezar la delegación mexicana ante la ausencia del presidente. Los diputados de aquí no se van a mover, pero una reunión de tan alto nivel sobre un problema tan trascendente ocurre una vez al año.
Tampoco asistió la directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, la Dra. Amparo Martínez, por razones de austeridad. Esas son las decisiones que me resultan incomprensibles de la 4T, pues aun cuando la Secretaría de Relaciones Exteriores haga su mejor esfuerzo, no es lo mismo.
Usted sabía, doña María Luisa, que en la COP26 se tomarían decisiones muy complejas e importantes. La primera se refiere a reducir en 30 por ciento la emisión de metano para 2030, el cual tiene como fuentes principales la ganadería, la minería y la industria petrolera. Se trata de un gas 80 veces más dañino que el CO2 por su efecto invernadero.
Nada más le cuento que en el mundo, cada año mueren tempranamente alrededor de cuatro millones de personas por la emisión de partículas finas contaminantes, según un estudio dado a conocer ayer en Glasgow. La decisión va tan en serio, que países ganaderos, mineros y petroleros ya han firmado pese a las dificultades que impondrá la decisión a su economía.
México también se adhirió al acuerdo de reducción de metano, lo cual es de celebrarse, pero… No veo cómo México va a cumplir con su compromiso, si se aprueba la ya muy comentada contra-reforma energética. Por cierto: Canadá propuso en Glasgow que a los países que no cumplan sus compromisos se les impongan penalizaciones económicas; a ver qué pasa.
Aquí le va un “tip”, doña María Luisa. Sudáfrica, siendo un país eminentemente minero, tuvo la brillante idea de llegar a un acuerdo espléndido con el Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos para acelerar al máximo su transición a energías limpias. Estos países desarrollarán instrumentos financieros públicos y privados para sufragar el costo de la transición, pues la empresa sudafricana de energía, Eskom, está en serias dificultades económicas. Un ejemplo a seguir, ¿no cree?
El segundo acuerdo de gran envergadura fue sobre bosques y uso de la tierra, para reducir la deforestación; aquí es donde, como dicen en mi pueblo, “la puerca tuerce el rabo”. De entrada, la adhesión de México fue tardía, lo cual generó sospechas en las ONG mexicanas de medio ambiente sobre la seriedad de la voluntad gubernamental.
A lo anterior sumemos las dudas sobre la pertinencia del programa “Sembrando vida”, pues muchos de los beneficiarios primero deforestan y luego siembran a fin de recibir el apoyo gubernamental. Según un estudio del World Resources Institute, los beneficiarios ya tumbaron 73 mil hectáreas. De atreverse usted, no quiero imaginar la discusión con el presidente sobre este tema y tampoco sobre el paso del Tren Maya por la Reserva de Calakmul, hogar del 80 por ciento de la flora y un montón de animales de la zona yucateca. Si llega a tener éxito el Tren Maya, habrá tres millones de turistas paseando por la selva; ¿alcanza a imaginar la depredación que implica?
En fin, aunque sea tarde, a ver qué encuentra en Glasgow, doña María Luisa.
Mientras, explíquenos estas decisiones de la 4T que los ciudadanos no entendemos.
