Por: Cristofer Lorenzo Nicolás
El pasado 13 de enero se celebró el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, y según las investigaciones realizadas por los distintos organismos de revisión de estos trastornos, se refieren a ellos como un problema que afecta y perjudica a jóvenes de cualquier edad y que no distingue sexos. Estos mismos organismos reseñan que estos problemas persisten y se han ahondado en la actualidad. En México, los jóvenes de entre 12 y 25 años se ven envueltos en estas crisis debido a que se ubican como un “grupo vulnerable” por encontrarse en una etapa crucial de su desarrollo físico – emocional.
En este sentido, la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM), advirtió sobre el problema de las enfermedades mentales que de acuerdo a investigaciones hechas por la UNAM se manifiestan antes de los 14 años sin ser debidamente tratados y el número de adolescentes con depresión en México es de aproximadamente 2.5 millones, mismos que han tenido ideas suicidas acerca de su propia vida y se sabe que estas “enfermedades” se incrementaron y se profundizaron con el confinamiento por el virus SARS-CoV-2, o más conocido como Covid-19, pues en el reporte “Health at a glance 2021” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es de los países más afectados.
De hecho, en una de las primeras encuestas sobre el tema que realizó VoCes-19, hecha de manera virtual a personas de 15 a 24 años en el mes de noviembre del 2020, arrojó que el 64 por ciento de adolescentes y 71 por ciento de jóvenes presentaron síntomas depresivos y de alguna forma esta encuesta delineó un problema muy grave en el que se debe poner especial atención por parte de la sociedad y los gobernantes.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, el pasado 13 de enero, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, detalló que cerca del 70 por ciento de las 9 mil 247 solicitudes provinieron de mujeres y el resto de hombres; el Consejo alertó sobre la detección oportuna de algunos síntomas que podrían alertar sobre este problema: como la falta de atención, sensibilidad e irritabilidad, preocupación excesiva, agotamiento mental, hiperactividad mental, ansiedad, trastornos de sueño y/o alimenticios.
En Oaxaca, una de las tres entidades con más pobreza del país, en los últimos meses del 2022, más preciso en noviembre, se registró un promedio de 30 o 40 casos por semana comparado con un número menor en meses anteriores del mismo año; y fue con los hombres donde se duplicó el número de casos de depresión siendo un numero mayúsculo que el de las mujeres. A pesar de este problema la Secretaría de Salud Federal y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revelan que los grupos masculinos no solicitan ningún apoyo psicológico, que es en la mayoría de los casos donde se presenta la mayor incidencia de suicidio.
En los últimos datos de Oaxaca, la Verde Antequera, presentó incrementos de depresión nunca antes vistos y los datos de la Secretaría de Salud Federal informó que en el 2022 se habían acumulado 2 mil 144 personas con esta enfermedad, mientras que en el 2021 se registraron al menos mil 255 avisos de ésta, representando así un incremento del 70.8 por ciento en tan solo un año, aunque esto no es excepción porque la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dicho que esta enfermedad (depresión) es frecuente en el mundo y afecta un estimado de 3.8 por ciento de la población mundial. Otro de los muchos factores que influyen en esta enfermedad es la concepción que tienen los jóvenes sobre la adolescencia, periodo donde se presentan cambios de humor que van desde la tristeza al enojo; además, en estos casos los jóvenes suelen enfrascarse en actividades nocturnas y al día siguiente tener somnolencia o dormir demasiado y en algunos casos comer convulsivamente como una salida.
Al hablar de la salud mental implica analizar y ver un panorama amplio donde se incluye la ansiedad, estrés, autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Brad Schmidt, investigador de Psicología en la Universidad Estatal de Florida, declaró al diario The New York Times que el desorden en los espacios personales son un reflejo de la “fatiga extrema” causados por múltiples trastornos y no por una pereza cualquiera, él dice que “las personas están tan agotadas mental y físicamente que no sienten que tienen la energía para cuidar de si mismas o de su entorno”
A pesar de no conocerse las causas exactas que provocan la depresión como una enfermedad latente en el presente, sí se sabe que existen diversos factores que contribuyen a su aparición en los jóvenes, siendo la interacción entre factores sociales, psicológicos y biológicos los principales causantes de esta enfermedad silenciosa que sigue viéndose como un problema común y sin la información adecuada para poder tratarse y evitar tragedias entre la población joven de México y del mundo.
La salud mental y depresión puede generar estragos sociales si no se pone atención y se buscan soluciones reales, sean médicas o de atención especial hacia los afectados; la sugerencia adecuada debe tender a revertir la situación. Es necesario, entonces, que todos logremos aportar, como seres humanos y entendamos que la solución, sólo en una parte es hacer que nuestra juventud se sienta tomada en cuenta, que se le inculquen hábitos y una educación adecuada para que tenga ocupada sanamente su mente y sea creativa en sus quehaceres ordinarios: en la escuela, en su casa o en el trabajo; la otra parte, sin duda, corresponde a la autoridad gubernamental, a través de su sector salud, con campañas, tratamientos y atención médica.
A nuestra juventud y a todos los adolescentes debemos hacerlos sentir que son seres humanos con un potencial y una capacidad de inteligencia incomparables; y, también, los padres de familia deben destinarles tiempo y atención. A nuestros jóvenes mexicanos hay que hacerlos sentir bien emocionalmente diciéndoles y hacerlos entender que ellos son el futuro de México y de la sociedad; hay que inculcarles el gusto por el deporte, por el arte y la cultura y enseñarles a convivir en colectivo, interrelacionándolos con los demás. A nuestros jóvenes hay que alentarlos para que sean partícipes de ir en busca de un futuro mejor para ellos, para sus familias y para toda nuestra humanidad, y para eso deben estar dispuestos a luchar, en esto sin duda, el Movimiento Antorchista trabaja e impulsa para que así sea.
