Por: Carlos Aly Paz López
En días pasados fueron publicadas, en varios medios de comunicación, las amenazas del secretario de Gobernación de la capital de Puebla, René Sánchez Galindo, en contra del líder de los comerciantes antorchistas Francisco Machorro, acusándolo de haber impedido el violento operativo del Ayuntamiento contra los vendedores ambulantes. Estos mismos diarios que se encargaron de replicar la noticia muestran algunas contradicciones. Por ejemplo, el diario paralelo19.mx dice en su nota que René Sánchez Galindo informó que se trató de un operativo exitoso, un operativo limpio, sin agresiones, sin golpes, donde participaron binomios caninos para descartar la venta de sustancias ilícitas, y por otro lado René Sánchez se lanza contra Francisco Machorro diciendo que presentará una denuncia en la Fiscalía General del Estado por los delitos de robo, extorsión, asociación delictuosa etc. Entonces, ¿no que fue un operativo exitoso?
Muchas cosas podrán escribir los plumíferos a sueldo de René Sánchez y entre mejor sea la paga más rabioso será el ataque contra los comerciantes antorchistas, pero por muchos ataques que escriban, la realidad le da una dura bofetada al flamante secretario de Gobernación; realidad que se niega a ver pero que ahí esta presente y creciendo todos los días, y que se ha agudizado a raíz de la pandemia. Es bien sabido que la situación en la que viven actualmente miles de familias en la capital es cada vez peor. Y no lo dice Antorcha, lo dicen los organismos encargados de medir y evaluar la pobreza. Dice el Coneval que el 58.9% de la población en el estado vive en pobreza extrema, cifra realmente alarmante. También se dice que el 53.6% de la población ocupada trabaja en condiciones de informalidad laboral. ¿Acaso estas cifras no le dicen nada a René Sánchez?
Garrote, represión y cárcel contra los ambulantes que no comenten ningún delito más que ganarse la vida honradamente. Es bien sabido que el desempleo en la capital se enseñorea todos los días, que la gente tiene necesidad de comer, de alimentar a su familia, de pagar luz, agua, renta, gas y ahora con las clases en línea el internet; en tanto que algún día nos despertamos con la noticia de que mas de 8 mil 500 negocios están en quiebra y algún otro que se han perdido mas de 130 mil empleos. De aquí se desprenda una pregunta obvia: todos los desocupados antes de la pandemia y los nuevos desempleados como consecuencia de la pandemia, ¿de que vivirán? No por algo el 67.7% de la Población Económicamente Activa (PEA) que se encuentra ocupada en puebla esta en informalidad laboral, siendo nuestro estado el quinto lugar nacional con la tasa más alta.
Estando tan grave la situación económica en que viven muchas familias de la capital, ¿qué opción les queda? ¿Dejarse morir de hambre? ¿Esperar de brazos cruzados que el Gobierno de Miguel Barbosa y de Claudia Rivera Vivanco con “excelentes” colaboradores como el ya mencionado alivien su situación? No, el pueblo nunca ha agachado la cabeza, ni nunca ha estirado la mano para recibir limosnas. El pueblo pobre sabe luchar y trabajar para ganarse su pan todos los días, a expensas de vivir “toreando” y estar a merced del garrote del gobierno en turno, que un día sí y otro también los amenaza, reprime y golpea en lugar de resolver la difícil situación de desempleo que se vive en el estado y que va en aumento como resultado del confinamiento.
Debería darles vergüenza a esos plumíferos replicar los rabiosos ataques de René Sánchez Galindo y deberían criticar y cuestionar el pésimo desempeño de esta administración municipal y estatal en todos los sectores, cuya responsabilidad es velar por la gobernabilidad de la ciudad, pero no con el garrote, ni con la amenaza y las calumnias sin fundamento alguno, sino con acciones claras de ayuda real a la población. Ahí está la tarea de resolver los graves problemas de servicios básicos como luz, agua, drenaje que en cientos de colonias padecen; un verdadero programa de empleo temporal para la gente que ha perdido su fuente de ingresos y que está desesperada porque sus hijos le piden comida. No, no lo hacen ni lo harán, porque la prioridad de la Cuarta Transformación no es resolver las necesidades de la gente, para ellos la prioridad es denostar, atacar, amenazar, vituperar a todo aquel que piense distinto a ellos, a todos los que estigmatizan como sus opositores. Guerra abierta contra ellos, que en este caso son los comerciantes antorchistas, a quienes combaten con una ferocidad terrible, persiguiéndolos como si fueran los criminales.
Lástima por la 4T en la capital, tuvieron tres años, que están a punto de concluir, para demostrar la superioridad de su proyecto; sin embargo, demostraron ser iguales o peores que los anteriores gobernantes. Cuando los políticos caen en la arrogancia, suelen encontrarse con duras sorpresas, incluso con una catástrofe absoluta como perder el poder y, peor aún, dejar sumido al municipio en pobreza, desempleo y marginación. René Sánchez Galindo ignora que a esos comerciantes que hoy patea, golpea y amenaza con cárcel, el día de mañana los necesitará en las urnas y entonces ajustaremos cuentas. Al tiempo.
