Moisés Sánchez Limón
Lilly Téllez habló en un plural con alto sentido de singular, en sus ansias de novillera.
“Nosotros –citó la senadora albiazul de cuarto para las doce– tenemos que elegir ya, al más competitivo. Esto no tiene gran ciencia, qué tanto vamos a inventar: necesitamos un liderazgo, yo creo que yo tengo el liderazgo, obviamente, para impulsar el poder ganar (…)”.
Y Brozo la pescó al vuelo; al mejor estilo de Rubén Aguilar tradujo al diputado presidente Santiago Creel Miranda lo que la senadora Téllez García quiso decir;
“Dice que podrían hacer muy buen equipo mientras estés en su gabinete, es lo que ella te quiso decir, palabras más, palabras menos, que muy chingona tu experiencia mientras sirva a la Presidenta”, ironiza Brozo.
Y sí.
Ni pintado le queda, a la senadora Lilly Téllez el pasodoble “Novillero” del maestro Agustín Lara. “Un domingo en la tarde se tiró al ruedo para calmar sus ansias de novillero”. ¡Ajúa!
Y…
A qué virgen se encomendó la sonorense para desplegar capote y asumirse la más chingona de la pradera y recurrir al golpe sorpresivo, rudeza innecesaria contra Santiago Creel Miranda, en la pretendida idea de que tiene en la mano la alternativa.
Pero, pero…
Haber ejercido el periodismo durante más de tres décadas, como presume, no implica esa analogía de haber toreado 25 novilladas que le confirmen la alternativa para poder considerarse matadora de astados adultos.
Es, digamos en esa analogía de la fiesta brava con la política en cuya arena se deja la vida y el honor y… contar con la experiencia suficiente para plantarse en el ruedo y alternar con curtidos matadores en busca de la Presidencia de la República.
Bueno, bueno. Usted se preguntará qué diablos tienen que ver las ansias de novillera con la aspiración presidencial de la senadora María Lilly del Carmen Téllez García.
Pues, pues…
¡Esas!, las ansias por ganar a como dé lugar la nominación del bloque opositor Vamos por México, a la Presidencia.
Y en esa carrera le importa un bledo descalificar a quien le ha manifestado respeto y aprecio, es decir, el diputado presidente Santiago Creel Miranda, en la entrevista que Brozo hizo a ambos, en ese espacio donde suelen decirse verdades pero igual se desvelan traiciones y deslealtades como sin querer queriendo.
Fue el viernes de la semana pasada, a las ocho y media de la noche, cuando en la plataforma de Latinus se escenificó ese capítulo en el que la senadora Téllez García no varió un ápice en el despliegue de sus ansías de novillera que van más allá de lo espontáneo y el nervio tenso del atril frente al pleno senatorial o increpar desde el escaño.
¡Ah!, Lilly Téllez urge a no tener miedo a las palabras y…
La entrevista corría en la cordialidad y Creel Miranda hablaba en plural, daba su lugar a la sonorense que llegó al Senado abanderada por Morena. Luego cambió de opinión y se convirtió al panismo. Se asume de derecha moderada.
–Ahora –habló Creel– déjame decirte algo, Brozo, y esto es algo muy importante, que se escuche. ¿Dónde está la oposición? Aquí estamos. La senadora Lilly Téllez y el diputado Santiago Creel frenamos la militarización del país desde nuestras funciones, primero le pusimos un alto a la reforma constitucional; segundo, las acciones de inconstitucionalidad que regresan a la Guardia Nacional al mando civil, fueron acciones que hizo el grupo parlamentario Del Senado, donde está integrada Lilly, y la Cámara de Diputados donde estoy integrado yo.
–En mancuerna con la sociedad civil—terció Brozo.
–En mancuerna con la sociedad civil –asume Creel—y también con el INE no se toca. ¿Sí o no, Lilly?
–En mancuerna también con la sociedad civil—enfatiza Brozo.
–¡Venga la diversidad y la pluralidad!—exclamó Santiago.
–Oye, pero permíteme—pide Creel a Brozo.
–¡Claro!, tú también lo estás planteando. Imagínate: “oye, Marko, qué pedo, qué hueva; a ver qué dice Alito y a ver qué dice Chucho. Qué hueva—dice Brozo a Creel.
Santiago Creel habla de su aspiración: “(…) a ver, esto es una cuestión que ya tiene que decidirse y déjame dar mi comercial: yo quiero, puedo y debo.
“Quiero porque no estoy dispuesto a que este desastre le llegue a mi familia, a mis hijos y a mis nietos (…).
“Segundo –prosigue Creel–: quiero, puedo porque tengo la experiencia de construir las instituciones modernas y democráticas de este país, desde el IFE, ¿te acuerdas? –pregunta a Brozo quien le responde: sí, cómo olvidar–. Y luego el INAI y luego la Auditoría Superior de la Federación; y así me sigo.
“(…) Yo, a estas alturas de la vida, a ver, lo voy a decir con toda claridad: no le tengo miedo a nadie ni a nada. Bueno, al temor de Dios porque soy creyente. Pero fuera de eso, a nadie. Y yo quisiera estar en la primera línea de defensa, ante el grupo de Morena con López Obrador (…)”.
–Venimos de años muy difíciles –acota Brozo–, de sexenios muy tortuosos, de presidentes muy malos y de repente llegamos, como si fuera un castigo, a tener un Luis XIV de pacotilla. Llegamos hasta esos puntos. ¿Qué va a pasar? Ustedes lo van a decidir.
Por lo pronto, platicamos con dos personas que dicen ser opción para la Presidencia de la República. Gracias por estar aquí esta noche, qué bueno que platicamos, Santiago, en los momentos en que Lilly respiraba tuvimos tiempo de platicar.
–Pero Santiago hizo su comercial, yo no hice el mío. Y es muy cortito—reclama la senadora y zarandea a Santiago y asume esas ansias de novillera.
–Lo digo con toda claridad, porque Santiago es un caballero –pretende matizar Lilly, pero…–, nada más que creo que tú siempre has sido plurinominal y yo sí gané mi elección…
–No, el Congreso Constituyente no lo fui y además…–aclara Creel. Pero…
—El Constituyente, pero se necesita ahorita, yo sí gané mi elección, se necesita ahorita alguien que pueda frente a López Obrador realmente ganar, la Constituyente no, pero tú perdiste frente a López Obrador en el 2000 y tenías el paraguas de Fox…–arremete la legisladora, gesticula y alza la voz.
–Mira, son otras circunstancias…–ataja Santiago.
–Pero –ya entrada en gastos y con la vanidad sin freno le refiere Lilly– tú has dicho que tú pones primero a México.
Entonces yo creo que tú y yo podríamos hacer muy buen equipo, pero aquí yo traigo el liderazgo más a flor de piel porque acabo de entrar a esto, tengo más contacto con los ciudadanos, soy más ciudadana (sic) y como sea lo que te da la experiencia para bien de tantos años tú en la política, también tiene su lado negativo que es que los políticos se quedaron muy alejados y desconectados de los sentimientos de la gente…
–Niños y niñas, ya es hora de dormir. Papá y mamá se están peleando…–interviene Brozo.
–No, nosotros sí podemos hablar—aclara la senadora.
Santiago habla de su experiencia en la oposición panista
–A mí me intentaron matar por denunciar a los criminales–interrumpe Lilly.
–Lo que te quiso decir el señor –tercia Brozo dirigiéndose a Téllez García– es que cuando tú estabas en pañales, él ya le estaba chingando.
Santiago asimila el golpe y cierra cortés. “Reconozco en Lilly, lo digo de corazón, una mujer valiente, una excelente senadora y representante del estado de Sonora; me da mucho gusto hacer equipo. Pensamos distinto, qué bueno porque así la gente va a tener opción de ver y poder decidir”.
Y ahí, en el ruedo el capote de la novillera que cree tener la alternativa para estar en el programa del domingo 2 de junio de 2024. ¡Recórcholis, Kalimán! Digo.
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