Miguel Angel Casique Olivos
El morenista Felipe Arvizu mantiene en crisis a Ixtapaluca
En abril se difundió que, desde la oficina Lerdo de Tejada, en Toluca, Estado de México (Edomex), donde despacha la gobernadora morenista Delfina Gómez, se generó una orden para observar al alcalde de Ixtapaluca, Felipe Arvizu, del mismo partido; la razón fue la grave crisis desatada en el municipio que había pasado el límite y alarmaba a la población: la Auditoría Superior de la Federación recomendó observaciones por la opacidad de recursos una vez rebasados los 600 millones de pesos (mdp), al incremento de la violencia e inseguridad; y se sumaba la poca o casi nula atención a los servicios de primera necesidad para los habitantes de esa zona del oriente mexiquense, por ejemplo: el abandono de al menos 40 escuelas.
Ixtapaluca había experimentado un desarrollo sin precedentes durante nueve años con los alcaldes Maricela Serrano Hernández y Carlos Enríquez Santos; pero con la falsa idea, acompañada de manipulación mediática impulsada con recursos públicos, de que Morena debía gobernar en todo el país, los habitantes de Ixtapaluca cayeron en la trampa y, en 2021, “decidieron” apoyar a Felipe Arvizu como alcalde; aunque realmente se sabe que sólo cuatro de cada 10 habitantes apoyó al político que hoy es muy criticado porque en cada crisis simplemente desaparece varios días.
Gobernar mal y no atender los problemas de la población ya son características nacionales de los políticos morenistas. En estados como Puebla, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, la CDMX, Sonora o Veracruz, vemos cómo la sociedad ha salido a protestar más porque sus autoridades no atienden las necesidades en obra o infraestructura social y, muchas veces, para denunciar injusticias; así se explica que en algunos estados, como Veracruz, la gente ya se desencantó del morenismo, y en las recientes elecciones haya perdido 71 alcaldías.
Pero en Ixtapaluca, en noviembre de 2024, Felipe Arvizu fue cuestionado por tráfico de influencias cuando la Fiscalía General de Justicia del Edomex, durante el operativo “Enjambre”, detuvo a un funcionario de Seguridad y Prevención Ciudadana de Ixtapaluca, Rodolfo “N”, quien era investigado por la presunta comisión de diversos hechos delictivos; y resulta que el detenido es padre de Rodolfo Chávez Arvizu, sobrino del alcalde, quien se desempeña como responsable de adquisiciones en la Dirección de Administración Municipal. Rodolfo “N”, cuñado del munícipe, había sido señalado por nepotismo y abuso de autoridad por la cercanía del gobernante.
Según la última Encuesta de Massive Caller realizada en el mes de febrero, Felipe Arvizu se encuentra entre los alcaldes con menor aprobación; pues se ubica en el lugar 124 de los 126 funcionarios evaluados con apenas 15.6 por ciento de respaldo de los ixtapaluquenses; la población ya no confía en él y tiende a convertirse en el peor alcalde mexiquense; su “popularidad” al reelegirse ha desaparecido, perdió 40 puntos y la confianza en su administración disminuyó 50 puntos.
El desplome político del alcalde morenista no sorprende, es el resultado de sus malas acciones como gobernante; crisis política por escándalos de corrupción, nepotismo y compadrazgo, servicios deficientes, pésima recolección de la basura, problemas en el suministro de agua, desatención a la infraestructura educativa, etc.; pero el más grave es el incremento de la violencia y la inseguridad.
A la ola de inseguridad sensible a las familias ixtapaluquenses se suma otro hecho violento ocurrido en el Cerro del Tejolote, colonia fundada por el Movimiento Antorchista y ejemplo de desarrollo en diversos aspectos: el domingo 13 de julio, en pleno día, fue asesinada Patricia Cruz, quien era vendedora de tamales y se dirigía a su lugar de venta.
El hecho conmocionó e indignó a familiares y vecinos, quienes el lunes 14 decidieron salir a protestar frente al Palacio Municipal para demandar justicia y que se encuentre y castigue al asesino. En esa manifestación se advirtió que la población ixtapaluquense ya no confía en el gobierno de Felipe Arvizu y que predomina el riesgo y temor sobre el uso del poder para perseguir y amenazar a quienes denuncien su mala administración.
Ixtapaluca, como los dos mil 478 municipios de México, merece un gobernante que trabaje por quienes votaron por él; no merece tener autoridades corruptas, indiferentes, que usen el poder político para atacar a quienes consideren sus enemigos políticos, que no hagan nada ante el incremento de la violencia y la inseguridad o ignoren las necesidades de la población. Desde hace cuatro años, el morenista Felipe Arvizu mantiene a Ixtapaluca en una crisis política y social que sólo acabará cuando exista un gobernante emanado del pueblo mismo. Por el momento, amigo lector, es todo.